Solo las picaduras de avispas enturbiaron ayer en Betanzos una jornada de fiesta que transcurrió con más tranquilidad que otros años. El mensaje repetido en los últimos años por el Ayuntamiento, que aboga por recuperar la tradición de Os Caneiros, parece haber calado entre los participantes, que disfrutaron de un día de fiesta sin ningún incidente destacado.

Cientos de jóvenes participaron en la primera jira, donde no faltaron las batallas de vino y las camisetas rotas, protagonistas indeseables para los betanceiros que apuestan por recuperar la esencia de Os Caneiros. Recorrieron el camino hasta el monte a pie o en barco para celebrar un día de vino y música que finalizó pasadas las once de la noche.

Las embarcaciones, cuidadosamente engalanadas, tampoco estuvieron este año acompañadas por la Diana Cazadora, la barca municipal, por cuestiones económicas,

Aún así, nada empañó Os Caneiros, una romería surgida para disfrutar a bordo de las embarcaciones de una jornada tranquila por el Mandeo que evolucionó hasta convertirse, para muchos, en una día de botellón en el río. A pesar de que el vino corrió a raudales y a diferencia de los últimos años, los voluntarios de Protección Civil no tuvieron que atender ayer ningún coma etílico. Únicamente fue necesario trasladar a dos personas por caídas y golpes y a una tercera, aquejada de un ataque de asma. Sí tuvieron que prestar atención a multitud de jóvenes por picaduras de avispa. "Han sido unos Caneiros muy tranquilos", destacan.

Los bomberos también disfrutaron de una jornada apacible. La única salida estuvo motivada por una cuerda que se enredó en la hélice de una embarcación a la altura del Puente Viejo. Varios efectivos se trasladaron hasta el lugar aunque no pudieron hacer nada debido a que la marea estaba alta y no disponen, según explican, de equipo de inmersión. Más de cien efectivos municipales velaron por la seguridad de los asistentes.