La Policía Local detuvo ayer a un hombre de 40 años acusado de apuñalar a su expareja en el bar Yesterday, del Agra do Orzán, en el número 234 de la ronda de Outeiro. La víctima, de 36 años, e iniciales G.F, fue trasladada al Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac), donde fue atendida de una herida realizada con arma blanca en un brazo. Según informó ayer el hospital, su pronóstico era leve y se le dio el alta por la tarde.

Uno de los testigos del suceso, aseguró ayer que, mientras estaba trabajando en la zona, poco antes de que diesen las dos de la tarde, escuchó "un ruido fuerte", como de una pelea, entonces salió a la calle y vio cómo un hombre con un cuchillo en la mano estaba pegando a una mujer. Los reconoció como la dueña del bar Yesterday y su antigua pareja. Entonces, el testigo, asegura que le gritó y que le pidió que dejase de asestarle puñaladas a la mujer.

"¿Qué haces? La vas a matar. Suéltala", le gritó el hombre, entonces, el agresor, según el testimonio del testigo, le enseñó el cuchillo y le dijo que estaba "muy loco" y que si quería que le hiciese a él lo mismo. "Le daba con el cuchillo sin ver qué hacía", explicaba ayer el testigo. Una respuesta similar recibieron, según este hombre, las otras dos personas que intentaron mediar para salvarle la vida a la mujer.

En el momento en el que el agresor amenazaba al resto de vecinos, según cuenta el testigo, la víctima consiguió escapar y empezó a correr para refugiarse en un bar cercano. De hecho, en la acera de la ronda de Outeiro, pasado ya el tiempo, podía adivinarse sin problema el recorrido que había realizado la mujer herida, dejando tras ella un reguero de sangre.

"Entró sangrando en el bar [que estaba abarrotado de clientes] por la cabeza, el estómago y los brazos", explicó ayer a este diario José Busto, uno de los camareros que estaba trabajando en la cafetería en la que la víctima buscó refugio, tan solo unos metros más arriba que la suya. Fue una compañera de la cocina la que, según Busto, la atendió primero, haciéndole "un torniquete en el brazo" y taponándole la sangre que le salía de sus "tres heridas".

La víctima les aseguró a las personas que la atendieron que las heridas se las había causado su exmarido y ofreció una descripción física y de cómo iba vestido para que pudiese ser localizado por los agentes que saliesen en su búsqueda.

La Policía Local le detuvo a las 13.52 horas, justo cuando recibió el aviso de la agresión, ya que había un coche patrulla por la zona. El hombre, que cuenta con antecedentes policiales, y que es un viejo conocido de las fuerzas del orden, no tenía intención de entregarse, así que cuando los agentes le dieron el alto hizo caso omiso de sus órdenes, por lo que los policías tuvieron que encañonarle para que soltase el cuchillo y para poder detenerle cuando iniciaba su huida hacia O Ventorrillo, según testigos presenciales.

"Tuvimos suerte porque solo le rajó en los brazos y creo que algo en la cara. Si llega a estar sola y no la deja escapar, la mata", comentaba ayer la actual pareja de la víctima, que asegura que la mujer, de nacionalidad peruana, lleva ya dos años separada de su marido.

Según su relato, el agresor ya había estado llamando a la puerta de la víctima -que vive en la misma acera del bar- por la mañana y, como no había podido contactar con su exmujer, esperó a que esta abriese el negocio para presentarse en él. Para entonces, eran casi las dos de la tarde y el hombre estaba, según la actual pareja de la mujer, "borracho".

Tanto algunos de los amigos de la víctima que se congregaron ante el bar al conocer la noticia como su novio aseguraron a este diario que el agresor llevaba tiempo amenazando a su víctima. "Le decíamos que le denunciase, pero no se atrevía, decía que iba a ser peor", comentaban. Es por eso por lo que, según sus allegados, no hay ninguna queja formal presentada por ella ante la policía de las amenazas recibidas. La víctima es madre de, al menos, una niña que, ayer, estaba con su abuela.