Cuatro años después de que Francisco Vázquez regresase de China con la ensaladera de cristal del Nations in Bloom bajo el brazo -que parecía de un premio de Naciones Unidas pero que no lo era y al que el exalcalde llamó el "premio Óscar del mundo" pero que no lo era-, representantes de 40 ciudades se reunían en A Coruña para la edición 2005 de los galardones.

Y en este juego de trampantojos internacionales de hace un decenio, el Concello de A Coruña preparó un vídeo para ponerle a sus invitados para que admirasen una ciudad con sol radiante, una plaza de María Pita sin terrazas acristaladas, vecinos amantes del golf y del parapente, que patinan por la calle y un puerto exterior, aún en ciernes. Asistieron técnicos llegados de China, Suráfrica y Polonia, entre otros países, a los que Vázquez ofreció una recepción previa en la que intercaló el inglés y el castellano. "No tenemos fronteras ni pasaportes, únicamente nos preocupamos por el bienestar y la calidad de vida", destacó en este acto del Livcom, nombre que adoptó el antiguo Nations in Bloom.

La semana mundial en A Coruña se cerró con una gala de entrega de premios en el hotel Finisterre con algún esmoquin, visitantes asiáticos fotografiando todo cuanto se movía y una buena dosis de pandeiretas y gaiteiros. Cuando A Coruña logró el premio honorífico en 2001, Vázquez lo presentó como un galardón otorgado por Naciones Unidas pero LA OPINIÓN desveló que el organismo no financiaba ni organizaba la convocatoria, que estaba promovida por la entidad privada Internacional Federation of Park and Recreation Administration.