Es habitual que, a partir de cierta edad, el ser humano comience a expresar en alto más pensamientos que en edades más prudentes. Así lo hicieron una pareja de mujeres de setenta y tantos en un cajero de San Agustín. Estaban de charleta cuando se acercó a donde estaba un joven en traje de chaqueta que, a sus ojos, estaba de muy buen ver. "Pero mira qué chico más guapo", comentaron, "ahora no se ven chicos tan arreglados, la verdad es que da gusto verlo". Llegaron a preguntarle a una chica que pasaba por la zona si era su novio para felicitarla. Ante tanta alabanza, el joven acabó por ponerse colorado, aunque contento.