El Leyma Básquet Coruña se está acostumbrando a recibir a los líderes de la categoría entre toallas y cubos. Es el único remedio que el Ayuntamiento de A Coruña les ha dado a lo largo de dos semanas para hacer frente al problema de goteras que sufre la Polideportiva de Riazor II, única pista habilitada en la ciudad herculina para acoger un partido de la Adecco Plata.

Contra el Lobe Huesca el equipo tuvo que cambiar de pista minutos antes de comenzar el duelo por las pésimas condiciones de la cancha. Y la mejor solución con el cronómetro corriendo fue el Pabellón del Ventorrillo que, debido a sus deficiencias, no cumple los requisitos de la Federación Española de Baloncesto (FEB) para acoger este tipo de encuentros.

El resultado, además de una dulce derrota ante el líder, fue una multa muy benévola de 200 euros, que se duplicará cada vez que se repita esta situación.

Después de dos semanas, el problema sigue ahí: las filtraciones no han sido tapadas, no hay un pabellón en condiciones para acoger el próximo encuentro contra el Caja Rioja, actual líder, y, ante las promesas del Ayuntamiento de encontrar una solución antes del viernes, lo cierto es que el único remedio es entrenar entre toallas y cubos y pedir para que deje de llover .

El técnico del Básquet Coruña, Antonio Pérez, se muestra "escéptico" ante una posible solución en estos dos días y medio que restan para recibir al Caja Rioja. "Escuché al concejal de Deportes (Xan Martínez Cajigal) decir que están intentando solucionar el problema, así que habrá que esperar, pero soy bastante escéptico", asegura el entrenador, que ve cómo los días pasan y su equipo -que juega en la tercera máxima categoría del baloncesto nacional- tiene que entrenar en condiciones lamentables y sin saber qué pista les espera este viernes para plantar cara al líder.

El concejal sabe que el problema viene de lejos, ya que durante la presentación de los equipos de categorías inferiores del club se desprendió un fragmento de techo que a punto estuvo de alcanzarle. Sin lluvia no hay quejas, pero ahora que el otoño ha hecho su entrada triunfal faltan las soluciones y un pabellón dentro de la ciudad en condiciones capaz de acoger un plan B.