Se suele percibir el levantamiento de peso como un deporte de hombres extremadamente fuertes y capaces de hacer malabares con bombonas de butano, arrastrar un camión con sus brazos si se lo proponen, o cosas por el estilo. Nada más lejos de la realidad. La coruñesa Irene Martínez Santiago es un ejemplo de que esa idea poco tiene que ver con lo que de verdad implica esta práctica repleta de estereotipos. "La gente piensa que las chicas que nos dedicamos a esto somos como chicos, pero no es cierto, una levantadora se arregla como otra mujer cualquiera y las hay que incluso más. Creen que somos súper fuertes y no. Al principio también pensaba que era un mundo masculinizado, pero dentro te das cuenta de que no es así", advierte.

Tiene 17 años y aterrizó en la práctica de este deporte olímpico con 13 y por casualidad: "No sabía ni que existía, pero cuando estaba en el instituto, en primero de ESO, un día a una clase de Educación Física vino el que es ahora mi entrenador y nos hizo unas pruebas, nos contó en qué consistía y al principio pensé 'qué va, esto es para chicos', pero luego me lo pensé mejor y me dije que por qué no, probé y me gustó".

Actualmente está en el centro de tecnificación en Madrid, donde lleva un año, y su palmarés es ya un inventario de éxitos: ha sido dos veces campeona de España sub 15, tres veces campeona de España sub 17 y subcampeona júnior y de España en absoluta. Asegura que los méritos son fruto de mucho trabajo y no le importa haber renunciado a gran parte de su tiempo de ocio por el gimnasio. "Muchas veces la gente me decía que cómo podía entrenar tanto, a veces ni quedaba con mis amigas, pero conseguir una medalla significaba para mí mucho más que salir a la calle o hacer cualquier otra cosa". Ha sacrificado mucho, pero no duda de que ha tomado las decisiones oportunas y de que lo ha hecho siempre de manera voluntaria: "Nadie nunca me ha obligado a nada y estoy contenta".

Irene Martínez es una habitual en la selección española de halterofilia. Fue convocada por primera vez cuando tenía 15 años para participar en un Europeo sub 17 y durante dos años acudió con regularidad a las competiciones continentales, también ha participado en un Campeonato de la Unión Europea y en una Copa del Mediterráneo. El pasado fin de semana, de hecho, viajó a Polonia para una concentración y se muestra encantada con esta faceta de su carrera deportiva. "Estoy muy contenta por estar en el combinado nacional porque ya no es estar en el equipo de tu provincia, esto es representar a España, se trata de preparar campeonatos internacionales", explica. Este año está cursando 2º de Bachillerato y reconoce que a veces es complicado compaginar los entrenamientos con los estudios, y que a todo ello se sume el hecho de estar lejos de casa: "Echo muchos de menos a mi familia y a mis amigos, pero sabía que había que sacrificar cosas y al final compensa".

En su agenda, la próxima cita es el Campeonato de España júnior, que precisamente se celebrará en A Coruña a principios de mayo y en él espera clasificarse para ir al Europeo y al Mundial júnior -programado para finales de junio-. Salvo torneos aislados, ya no suele competir en su tierra, pero reconoce que es mucho más especial venir a Galicia porque se siente más arropada por los suyos: "A los provinciales ya no voy, pero cuando voy noto que es diferente, aquí estás en casa, está toda tu gente y te motivas para hacerlo mejor".