El Montañeros volvió a saldar una salida con derrota. En este caso cayó ante el Tenerife, que ve la clasificación desde la zona alta y que dio una lección futbolística al cuadro herculino. El 3-0 llegó casi por la inercia en la que el cuadro insular se mostró más preciso y acertado. Además, marcó en los momentos claves y dejó sin opción al colectivo que entrena José Ramón, que con sólo cuatro puntos, producto de otros tantos empates en siete jornadas, se sitúa en puestos de descenso directo.

El partido comenzó mal para el once coruñés, que estuvo perdido desde que el balón comenzó a rodar por el césped del Heliodoro Rodríguez López. De los primeros intentos llegaría la acción que inauguraría el marcador. El moañés Cristóbal buscó al ex céltico Ferrán Tacón a espaldas de la defensa rival y éste anotó. El jarro de agua fría que significó el uno a cero llevó a un cambio en el libreto original que presentó José Ramón para el choque, pero sus jugadores estuvieron lentos y no asimilaron la situación de juego. El Tenerife era amo y señor del partido, ya que controlaba el esférico y obligaba a los jugadores del equipo herculino a correr por detrás de él.

Mientras el Montañeros perseguía el balón, el Tenerife encontró espacios para volver a verticalizar y llevar peligro. Así, en el minuto 21, Kitoko halló grietas en la última línea del cuadro visitante, y tras una acción individual puso el 2-0 y dejó el partido muy cuesta arriba para los intereses del equipo de José Ramón, que apenas había sido actor secundario sobre el césped.

La muestra del poco potencial que demostró el Montañeros a lo largo de la primera parte fue la escasa participación de Sergio Aragoneses, que solo intervino en un disparo flojo de Iago, en el minuto 16. Su siguiente intervención se produciría cincuenta minutos más tarde en un tiro lejano de Rubén Rivera. Fue lo poco que dio Iago, que se tuvo que retirar lesionado

La mejor noticia para el colectivo herculino fue que después del segundo tanto dejó de sufrir. Consiguió contener las arremetidas locales y aunque fue incapaz de generar peligro, también evitó verlo cerca de su área.

En la recta final del partido, con la condición física mermada por el propio esfuerzo del encuentro, así como por el calor reinante en las islas, el Montañeros perdió presencia en la zona media y al Tenerife las grietas comenzaron a convertirse en autopistas. Sin hacer mucho, el cuadro local comenzó a volver a llegar con peligro y vio cercana la posibilidad de terminar de sentenciar el choque con un tercer tanto.

El golpe final llegó en un saque de esquina a dos minutos del final. Nico golpeó y Kiko Ratón estuvo rápido en el área para meter, de cabeza, el tercer tanto y lastrar aún más a un Montañeros que aún no fue capaz de disfrutar de las mieles del triunfo.