La selección española ganó por primera vez en su historia en Praga en la exhibición de un estilo de juego repleto de brillantez y comandado por Xavi Hernández que culminó con los goles de Mata y Xabi Alonso para dejar a la República Checa pendiente de una final si quiere acceder a la repesca.

Sin la presión de jugarse una clasificación. Con la confianza de firmar un inmaculado camino en la defensa del título europeo, España saltó al estadio Letna rebosando confianza y la campeona de Europa y del mundo se paseó. Al ritmo de Xavi Hernández. Silenció el ánimo local de inicio con un recital. El estilo que nace en él salió a relucir en su mayor expresión. Toque en corto. Asociándose con todos. Desplazamientos en largo a los costados. Los checos perseguían sombras cuando España ya se adelantó en el marcador.

Xavi vio el desmarque de Juan Mata. Superó con facilidad a Cech en el mano a mano. Era el minuto 6 y la defensa de cinco checa de nada servía ante la imaginación española. No estaban Iniesta ni Cesc. Da igual. Esta generación tiene exceso de centrocampistas de calidad.

Silva inventó el segundo gol. Con el pase fácil al primer palo, sólo él vio a Xabi Alonso en posición más retrasada en el segundo. Asistencia medida que descolocó a todos para marcar a placer. La exhibición española llegaba a tal altura que la afición local comenzó a aplaudir sus acciones. En la segunda parte el partido estaba decidido y España dejó pasar los minutos hasta el pitido final.