Después de conseguir la permanencia en la última jornada, el Balonmano Ártabro Novo Mesoiro afronta un verano en el que deberá rehacer su plantilla casi por completo para poder estar "un año más agarrado a las paredes de Primera Nacional". El club, igual que el barrio en el que se encuentra, atraviesa un periodo de crecimiento a pesar de algunas dificultades con las que se topa fuera de las pistas.

"En lo deportivo, excepcional, salvarnos fue un milagro. Respecto a la situación económica en la que partíamos y la competitiva, en la que se fueron 13 de los 16 jugadores, fue un milagro poder salvarnos", argumenta el técnico Geno Pérez, quien se muestra exultante por lo vivido en el tramo final de la liga. "Sobre todo por lo que se generó en el último mes, por cómo los padres y jugadores de la base se implicaron con el equipo y cómo fuimos capaces de crecer, fue espectacular", asegura.

Fue el final feliz a una trayectoria complicada en la que el apartado económico explica mucho. "Para un club que tiene una subvención municipal de cero euros, el único objetivo que se puede marcar es sobrevivir. De los catorce jugadores con los que acabamos la temporada, es muy difícil que sigan más de cuatro o cinco. Todos tienen ofertas de otros sitios para irse y no tenemos nada que darles, no tenemos estabilidad. El objetivo es sobrevivir, estar un año más agarrados a las paredes de Primera Nacional y que no nos echen de ahí", relata Pérez.

Esta situación provoca que la planificación de la plantilla siga unos derroteros acordes a la realidad económica del club: "Me tengo que sentar, esperar a que todos fichen y aquellos que no hayan fichado por nadie llamarlos. Esperamos a aquellos que quieran jugar por placer y diversión. Este año tengo la suerte de que haya un equipo con 22 juveniles, por lo que seis van a formar parte de la primera plantilla seguro. Es nuestra forma de vida", afirma el técnico, que de todos modos ya está moviéndose para confeccionar ese plantel a la espera de una época vital como es la del balonmano playa: "Los jugadores se juntan, se van ubicando en clubes y es la mejor para pescar algo".

Con esta situación, muchos desistirían, pero en el Ártabro apuestan por continuar en la lucha: "Somos felices en esta forma de vida de sobrevivir. Los chavales que salen de la cantera ven una referencia ahí. Si somos capaces de aguantarnos en Primera, bien, si no, no pasa nada. Nuestro único problema es que estamos fuera de los Xogos Escolares y no tenemos la posibilidad de ir a los colegios a buscar niños".

Como valor añadido, cuentan con el apoyo de todo Novo Mesoiro. "Aquí somos un club de referencia con una escuela con más de 100 niños. Es un barrio que se identifica con nosotros, que solo puede crecer, de gente joven, humilde y que colabora en todo", afirma.

Así, para el próximo ejercicio dos son las peticiones de Geno Pérez, una dentro de la pista y otra fuera: "El sueño es salvarse, pero lo único que pido es un grupo estable de jugadores.Y esperar que cambien las cosas a nivel municipal".