Una buena noticia y otra mala. El Liceo gana, vuelve a lucir algunas de las virtudes que lo han hecho uno de los equipos más temibles de Europa y tras un pequeño bache mira con la cabeza alta hacia delante. Pero todavía parece una mejoría insuficiente. El enfermo sale de cuidados intensivos pero no abandona el hospital. El Caldes, que venía de cinco derrotas consecutivas, no es un rival para medir su estado. Eso se calibrará cuando en el otro lado de la pista esté uno de los grandes, Vic o Barça, con los que parece que se jugará el título de la OK Liga. Aunque lo peor es la baja de Toni Pérez. El asturiano tendrá que parar durante seis semanas. Una baja importante porque cuantos más brazos mejor para remar hacia el objetivo.

En cuanto al partido, no empezó bien para los verdiblancos. La combinación entre los hermanos Acsensi les costó el primer gol. Alexandre encaró al portero local y en el último momento pasó la bola atrás hacia Roger, que de un disparo batió a un Xavi Malián que todavía estaba adelantado para frenar la contra visitante. El 1-0 dio alas al Caldes, que dominó los primeros minutos. Fue un espejismo. En cuanto el Liceo encontró su ritmo, ya no hubo más oposición. Como casi siempre, fue Jordi Bargalló el que inició el camino de la remontada. El capitán levantó la mano, pidió el bastón de mando, la bola y le dijo a sus compañeros que le siguieran. Y para facilitar el trámite, marcó el primero con un chut que se coló entre el primer palo y el portero.

Si había algún atisbo de resistencia por parte del Caldes, esta quedó sofocada. Los verdiblancos fueron los amos del partido. Su ritmo era imposible de seguir por los catalanes, que corrían detrás de la bola sin llegar nunca a ella. Si mantuvieron casi diez minutos el empate fue por la buena actuación de Cesc Campor, que demostró ser uno de los más destacados de su equipo. Su homólogo Malián disfrutaba de un día más plácido, casi sin tener que esmerarse, pero cuando lo tocó lo hizo con solvencia y dando al Liceo esa seguridad de que podía irse al ataque porque su portería estaba bien sellada.

El segundo lo firmó David Torres. Una buena cabalgada de Jordi Bargalló, una mejor asistencia al centro el área donde el coruñés estaba esperando para conectar un sensacional disparo a las redes. Antes del descanso se plasmaba en el marcador la enorme superioridad verdiblanca sobre la pista con el tercero, obra de Pau Bargalló. El delantero de Sant Sadurní d'Anoia se revolvió hasta conseguir espacio para la pala. Su lanzamiento fue imparable para Campor, que evitó una goleada local. En la segunda parte, ya con el cuarto, marcado por Oriol Vives, llegó una cierta relajación. El Caldes volvió a apretar y buscó las cosquillas al Liceo. Se las hizo con el 4-2, aunque fue a bola parada. La décima falta liceísta fue aprovechada por el especialista Rovira. El Caldes avisó, pero Bargalló, remató con el 5-2.