El tercer partido de la serie final por el título entre Madrid y Barcelona, tras el 1-1 en los dos primeros partidos, tiene el aliciente, para el vencedor, de lanzar el primer órdago por el título.

Con el empate a uno, el Madrid sale claramente favorecido por haber ganado en Barcelona un partido, por tener ahora el factor cancha a su favor y, sobre todo, por haber dado una gran impresión con su juego de ataque y defensa.

Dicho esto, el Barcelona sigue siendo el mismo súper equipo y puede revertir la situación e incluso ganar el título en Madrid, si vence en los partidos de mañana y del próximo miércoles.

El Madrid de Pablo Laso demostró que no tiene problemas en ataque. Los 99 puntos del primer partido y los 90 del segundo le avalan. En defensa tampoco les fueron mal las cosas, por mucho que el primer punto se perdiera por una acción final en el que la defensa hizo aguas por todas partes. En el segundo choque, dejaron al Barcelona en 70 puntos jugando en casa.

Por ahí debe seguir los madridistas si quieren renovar el título de Liga. También el aspecto moral puede tener su importancia, aunque Laso prefirió no prestarle mucha atención a esto último: "No pienso mucho en el aspecto psicológico suyo ni en el nuestro".

En lo físico, normalidad madridista más allá del cansancio normal y de los golpes y pequeñas cosas de final de temporada. Laso apostó por que el equipo sea "constante durante los cuarenta minutos", mientras que Rudy Fernández comentó su buen momento "ofensivo" por lo que apuntó a la importancia de "la defensa", y Willy Hernangómez lo dijo más directamente: "La clave es la defensa".

Con el apoyo de su afición el Madrid se siente más protegido, pero el Barcelona vendrá espoleado por esa derrota por veinte puntos, y puede reaccionar lo mismo que hizo el Madrid tras perder en el último momento del primer choque.

Ahora es el Barcelona el que tiene que presentar nuevas propuestas para dar un nuevo giro a la eliminatoria. El Madrid parece haber encontrado la clave con dos partidos serios, efectivos, con un juego sólido en el que los mejores momentos llegaron cuando controló el rebote y tuvo paciencia en la circulación de balón y en la elección de los tiros exteriores.

Los de Xavi Pascual llegan a Madrid con el agua al cuello, pero seguro que también con el recuerdo que los dos partidos que esta temporada han jugado en la cancha de los blancos los resolvieron a favor.

El primero en la Liga Endesa, cuando ganaron por 84-91 en un partido que dominaron en todo momento; y el segundo en la Euroliga, en un duelo del top 16 que concluyó con una canasta sobre la bocina de Justin Doellman (86-87).

Por otro lado, estarán pendientes del estado físico de Juan Carlos Navarro, que acabó el segundo partido con problemas en el tobillo.