Decisivo en el título de la Supercopa de España, Marc Coy (Cerdanyola, 1987) demuestra que su adaptación al Liceo y al sistema de Carlos Gil es inmejorable. Tres goles en la primera jornada contra el Girona y cuatro el pasado fin de semana frente al Vendrell reflejan su gran estado de forma, su implicación en el nuevo proyecto verdiblanco y un estado de ánimo. Es feliz en A Coruña y eso atrae a los goles y espera que a más copas.
-¿La adaptación al Liceo está siendo inmejorable?
-No ha podido ser mejor a nivel deportivo y a nivel personal me siento muy bien en el equipo.
-¿Significa también que encaja a la perfección en el sistema?
-Al principio cuesta el sistema nuevo y es difícil adaptarse. Pero poco a poco y con la ayuda de los compañeros todo se hizo más fácil.
-¿Ayudaron los veteranos?
-Siempre te gusta aprender de la gente que lleva más tiempo aquí. Ellos siempre dicen que son uno más, que no quieren un trato diferente, y lo demuestran. Somos un equipo y nadie es más que nadie. Todos vamos en la misma dirección
-Siempre ha sido un goleador, pero 7 tantos en dos partidos son unos números impresionantes.
-Cuando empiezas tan bien una temporada, no quieres que acabe la racha. Pero marcar tantos goles en los dos primeros partidos no es nada habitual, al menos en mi caso.
-¿Le sorprende?
-Sí, pero es que desde el primer momento me he sentido bien y eso se refleja en los resultados del equipo y en mi rendimiento personal.
-¿Qué le ha dicho Gil?
-Que siga el ritmo de estos partidos, soltándome y adaptándome. Poco a poco, sin precipitarme. Que esté tranquilo.
-Ha puesto el listón alto para lo que queda de temporada.
-Lo importante es sumar y mientras ganemos estaré contento tanto si marco como si no. Pero está claro que ayudando al equipo, todo es más fácil.
-¿Le costó tomar la decisión de fichar por el Liceo?
-La verdad es que nos pusimos bastante rápido de acuerdo. Siempre me llamó mucho la atención el Liceo porque es sinónimo de finales. Yo quería estar ahí y me vine con muchas ganas.
-¿Es muy diferente la ciudad de venir a jugar un fin de semana a vivir en ella?
-Siempre vienes un fin de semanas y piensas: "A Coruña me gusta, es muy bonita, aquí se debe de vivir estupendo". Y ahora que tengo la posibilidad de vivirlo en mi propia piel se confirma todo y estoy muy contento.
-No se arrepiente.
-Al contrario. Estaba deseando empezar. El Liceo ha sido un club que siempre me ha gustado desde pequeño, ya habíamos tenido contactos otros años pero por una cosa o por otra nunca había acuerdo. Y este teníamos todos muchas ganas de estar en el mismo equipo y en seguida dije que sí.
-Y encima nada más llegar, un título: la Supercopa.
-No hay mejor manera de empezar y encima con el único título que le faltaba el club. Así que muy contento y orgulloso de formar parte de esta gran familia. Tanto yo como todos mis compañeros pusimos nuestro granito de arena para que fuera posible.
-¿El Liceo iba de tapado?
-En la Supercopa éramos una incógnita, con varios jugadores nuevos y un equipo en construcción.
-¿Ahora ya todos saben de lo que es capaz?
-Espero que la gente no nos trate ni nos considere más así. Estamos con ganas de ganar y competir por todo. El tiempo lo dirá.
-¿Se puede luchar por la liga?
-Se puede luchar por todo. Al menos en ilusión no nos va a ganar nadie. En julio valoraremos si hemos hecho un buen campeonato, en qué nos hemos equivocado y en qué podemos mejorar.
-¿Se les da mejor las competiciones de un fin de semana?
-Estamos abiertos a todos los títulos, pero sí que es cierto que las competiciones de un fin de semana se nos dan especialmente bien. Pero no nos importa. Tenemos hambre y espero que la Supercopa de España no sea la única copa de la temporada.
-¿Barça y Reus, los rivales?
-Se ha visto que esta liga sigue siendo la mejor del mundo. En la primera jornada casi ninguno de los favoritos ganó. Hay muchísimos equipos en muy buena forma, grandísimos jugadores y va a ser una competición muy igualada, no de uno, ni de dos, ni de tres equipos. Eso lo va a hacer muy bonito.
-¿Qué les queda por mejorar?
-Estando juntos, siguiendo el esquema de juego y arropándonos los unos a los otros, creceremos desde la defensa hasta el ataque y nos saldrá todo mucho mejor. Es la fórmula para ganar.