Importantísima victoria la del Leyma ayer en la cancha del Burgos (86-89). De esas que gustan, que duelen al rival y que ayudan a motivarse para los siguientes retos. Además, con este triunfo, el conjunto naranja salta un puestos en la clasificación y se sitúa sexto, con el mismo balance que el Melilla, quinto.

Empezó arriba el Leyma, pero no mandando. Le costó coger el timón ante un rival que sabe bien a lo que juega, sobre todo en su terreno. Zyle y Olmos -este último el mejor valorado de los coruñeses- se lanzaron al ataque y elaboraron un parcial de 3-8 que daba cierta ventaja a los hombres de Tito Díaz (19-30). Poco aguantó el Leyma así. Le va la marcha y los nervios suelen ayudarle a dar lo mejor de sí. Se dejó ir en el segundo cuarto, cuando Barrera y Huskic empezaron a carburar.

Tras el descanso, no hubo desconexión. Todo lo contrario. Salieron los naranjas dispuestos a cerrar el partido cuanto antes. Un 0-12, en buena medida obra de Monaghan, sacudió a los locales. Entonces apareció un monstruo que tenía como objetivo comerse al Leyma. Fue Vega. Justo antes de poner fin al tercer cuarto, anotó dos triples consecutivos (64-69) que abrieron el choque de nuevo.

No acabó ahí la cosa y en los diez minutos definitivos siguió haciendo daño. Hizo once puntos seguidos, intentando meter miedo a los coruñeses, que sabían que debían mantener la concentración para evitar disgustos. Vega, al final, fue el autor de 29 puntos. Pero ni ese chaparrón hundió a los herculinos. Trabajaron en equipo, como siempre hacen. Salió el capitán Ángel Hernández para mantener el control mientras Monaghan y Olmos se encargaban de ir sumando puntos. También Djuran se atrevió desde lejos. Al Leyma le salía bien el plan, pero el Burgos no se quedó con los brazos cruzados y peleó sin descanso. Los triples de Barrera y Martínez igualaron el marcador (84-84) y aumentaron la tensión, pero el base estadounidense de los visitantes también se lució desde la línea de 6.75 para dar paso a un Olmos que puso el punto y final con dos tiros libres. Triunfo de equipo que se meten los naranjas en la maleta. A por el siguiente.