El idilio de Lewis Hamilton con el circuito de Silverstone es tal que el piloto británico pudo rubricar ayer, con absoluta tiranía, su cuarto triunfo consecutivo en el Gran Premio de Gran Bretaña, en el que venció en 2014, 2015, 2016 y 2017 y, también, en 2008.

Cinco veces pisó Lewis Hamilton el primer cajón del podio en Silverstone, equiparándose así con el francés Alain Prost y el también británico Jim Clark. Dos de los éxitos de este último se produjeron, sin embargo, en Aintree y en Brands Hatch.

Desafiar la historia del automovilismo era el empeño de Hamilton y su voracidad le premió con 25 puntos. A ellos aspiraba tras dominar la sesión de clasificación del sábado y colocarse con su pole número 67 a solo una de la plusmarca de Michael Schumacher.

El inglés, reconciliado ya con el público local tras ausentarse el pasado miércoles de la exhibición de los pilotos en Londres, acumula un botín de 176 puntos tras salir vencedor de China, España y Canadá. Apenas un punto le separa del líder, el alemán Sebastian Vettel. El piloto de Ferrari se presentó en Silverstone con un margen de 20, pero Hamilton lo minimizó en una carrera aciaga para el germano.

Fernando Alonso abandonó en el giro 35 por un problema en su Honda por el que perdía potencia; y Carlos Sainz, en el primero tras un toque con Kvyat.