El Barcelona superó sin sobresaltos su compromiso en La Rosaleda ante el colista Málaga para mantener su rumbo hacia el título en una jornada que se perdió Messi por paternidad y que aprovecharon como desfogue Coutinho y Dembélé antes del compromiso ante el Chelsea en Champions.

Ernesto Valverde no pudo contar con el 10, padre por tercera vez justo ayer, ni tampoco con el lesionado Iniesta, pero no les echó en falta. El Barça se encontró con el partido más plácido de la temporada, nada que ver con el sufrimiento y la liga perdida el año pasado ante el Málaga de Míchel. Sin una idea clara de cómo jugarle al líder, los malagueños hicieron aguas en la primera media hora.

Los goles de Luis Suárez y Coutinho, sumados a la expulsión por roja directa de Samu García en una entrada a Jordi Alba, mataron el partido. El Barça dosificó y Valverde ni siquiera vio necesidad de dar excesivo descanso a algunos pilares. La renta provisional en liga para los catalanes es de 11 puntos sobre un Atlético que juega hoy ante el Celta.

El Barça no tuvo trampa en La Rosaleda. Los de José González no mordieron atrás ni adelante, sufrieron en la espalda los desmarques visitantes y la presión que pronto generó ocasiones azulgranas. Con facilidad, las paredes del Barcelona llegaron a los dominios de un Roberto con mucho trabajo.

El meta madrileño salvó el mano a mano con Luis Suárez pero el uruguayo puso su cabeza en el camino de un centro teledirigido de Alba. Sin mimbres para aguantar el golpe, el desplome del Málaga fue automático tras el tanto de espuela de Coutinho asistido por Dembélé. Primeros destellos del joven galo.

A 11 puntos de la salvación, la desesperación malagueña quedó reflejada en la entrada de Samuel a Alba, que dejó a los locales con 10 para una hora de partido. Una excusa perfecta para que el Barça bajara el telón, con posesión y control, y descanso con balón con un ojo en la Champions.

Los de Valverde perdonaron en la segunda parte, con Dembélé y Coutinho buscando su sitio. Una tarea con más trabajo acumulado para el francés, que no deslumbró en exceso pero al menos dejó algo de atrevimiento al encarar. La dupla millonaria también aprovechó la pachanga para enseñar un repertorio cada vez más conocido. El brasileño lo intentó sin premio y buscó la asociación con Suárez. Valverde pensó en el Chelsea, sustituyendo a Sergi Roberto y Alba. Mientras, La Rosaleda mostró su enfado por una situación que huele a descenso.