Descifrar la alineación que presentará Oltra a través de lo que ensaya en los entrenamientos resulta complicado. Casi imposible. El reparto de petos cuando llega el momento de formar equipos en los partidillos en nada obedece a teóricos suplentes y titulares. Más bien es un ejercicio en apariencia aleatorio del técnico. Nadie de los convocados sabe hasta el mismo día del partido si va a jugar de inicio o se va a quedar en el banquillo.

Así son las normas del técnico y así están aceptadas ya por sus jugadores. "Yo nunca sé si juego hasta el día del partido", subrayó ayer Juan Domínguez. Adelantarse a los posibles cambios que pueda introducir Oltra en el once supone entonces un ejercicio de probabilidades tan arriesgado como aventurar la entrada de Camuñas ante el Granada en lugar de Valerón. Resolver la duda sobre la continuidad de Riki en la delantera o la entrada de Oliveira representa otro riesgo.

Ambos entrenaron esta semana a pleno rendimiento. El madrileño a pesar de su aparatosa protección en la cara tras partirse la nariz en Granada y el portugués aunque parece que se mantiene como la segunda opción de Oltra para el ataque. Si Riki está en condiciones de jugar, como ha demostrado a lo largo de esta semana pese a las incomodidades, parte por delante de su compañero. Las costumbres adoptadas por el técnico desde que se hizo cargo de la plantilla demuestran a la vez que han sido las circunstancias las que han empujado al valenciano a introducir algún cambio de estas características.

Salvo las excepciones de Valerón -al canario lo dejó en el banquillo por decisión técnica ante el Huesca el curso pasado y ante el Granada en este-, el resto de modificaciones en el once llegaron provocadas por lesiones o sanciones. Principalmente fueron las bajas por acumulación de tarjetas las que obligaron a Oltra a modificar el once.

Jesús Vázquez perdió su sitio en el mediocentro en favor de Juan Domínguez después de cumplir ciclo de amarillas. Lo mismo le sucedió a Ayoze, muy cuestionado desde el comienzo, pero al que alineó hasta que le fue reglamentariamente imposible.

Ni siquiera los compañeros de ambos conocen las intenciones del técnico para el partido de esta noche en lo que afecta a la delantera. Los métodos del técnico involucran a todos los jugadores en los entrenamientos de modo que puedan participar al máximo de las dinámicas de trabajo y asimilen al máximo los conceptos y el "estilo" del que presume Oltra. No extraña así que Juan Domínguez esquive las preguntas relacionadas con el que será el delantero esta noche para intentar sacar conclusiones a través de la más mínima señal.

"Yo le paso el balón lo mismo a los dos", manifestó ayer el canterano sobre los entrenamientos. "No me fijo en las caras, además ellos se parecen bastante físicamente".

La posibilidad de que compartan posición y el técnico sacrifique al mediapunta se presenta bastante arriesgada atendiendo al rival que visita Riazor. Tampoco Oltra se ha distinguido por alterar el sistema en el año y poco que lleva en el banquillo blanquiazul.

Será en todo caso una decisión del técnico, porque Riki posee el alta médica a pesar de que las heridas en el rostro que se produjo ante el Granada no están del todo curadas. El rendimiento de ambos deberá ser analizado por el técnico para decidirse para esta noche, pensando también en lo que tiene por delante una vez que finalice el partido ante el Sevilla.

La duda se mantendrá hasta minutos antes del inicio del partido. El celo del entrenador por esconder su decisión da tanto sus frutos que los aficionados lo sabrán poco después que sus jugadores.