Álex Bergantiños era ayer el deportivista más feliz del mundo tras el anuncio de su renovación hasta 2016. Seguirá de blanquiazul al menos hasta los 30, aunque su sueño es continuar varios años más, sin descartar la posibilidad de acabar su carrera en Riazor, su "casa" deportiva. "Es la ilusión de cualquiera", reconoce el canterano, quien al mismo tiempo prefiere "pensar a corto plazo" porque "esto del fútbol da muchas vueltas". De momento, celebra la ampliación de su contrato por tres campañas más, lo que supone "una muestra de confianza por parte del club". La negociación resultó "sencilla" porque "las dos partes estaban interesadas en hablar y ponerse de acuerdo". "El club me valoró lo suficiente y yo estoy muy contento de seguir aquí, en mi casa y en mi club", indicó el mediocentro ayer en Riazor, donde compareció acompañado de sus representantes, Ángel Barrientos y Rafael Rodríguez, y del director deportivo del club, Ernesto Bello.

Su continuidad implica una mejora económica que él considera "suficiente". En plena crisis "pocos equipos ofrecen contratos largos de tres años", algo que él agradece. "Económicamente también mejoro. Estoy satisfecho de cómo me valoran. Va todo unido. Los jugadores queremos estar a gusto en el club en el que estamos y también ganarnos la vida con esto. En ese sentido, estoy muy satisfecho de cómo me han tratado", recalcó el pivote, coruñés de la Sagrada Familia y aficionado blanquiazul desde la cuna.

Cláusula de diez millones

Álex, cuya nueva cláusula de rescisión asciende a diez millones de euros, pasó por todas las categorías inferiores y se curtió fuera durante tres provechosas campañas antes de dar el salto al primer equipo: las dos primeras en el Xerez (2008-10) y luego media en el Granada y la otra mitad en el Nàstic. Regresó tras el descenso del Dépor y convenció a José Luis Oltra, primero para ganarse un hueco en la plantilla y después para convertirse en el único futbolista blanquiazul que participó en las 42 jornadas en Segunda. Cada vez que le propusieron salir cedido aceptó sin rechistar para crecer y volver más hecho, algo que el Dépor "siempre valoró", según Ernesto Bello. "Es carismático y quiere al club. Para nosotros es un orgullo que siga", añadió el director deportivo. Lo ve como un estandarte, aunque Álex prefiere no colgarse aún ese cartel: "Todavía no estoy en esos niveles. Hay otra gente con más peso y experiencia que yo, y que es más referente". Fue capitán en todas las categorías inferiores y quizá algún día luzca el brazalete también en el primer equipo, como Fran, el último gran emblema de la cantera. "Eso son palabras mayores. Me fijaba en él como aficionado, pero cada uno tiene su carrera", zanja con su humildad característica.