"No he estado en ningún equipo que tenga esta afición". La cara de susto con la que Carmona desciende del autocar a la llegada al hotel María Pita, confirma sus palabras. El atacante balear debuta en un Mareona de estas dimensiones. Ha habido otras, pero son diferentes. A Coruña tiene algo que moviliza al sportinguismo. "Para nosotros es importante que nos acompañen, que nos animen y seguro que nos motivarán", pronostica el mediapunta, que espera corresponder a ese aliento de la mejor manera posible: "A ver si podemos darles una alegría y sumar los tres puntos".

Hay futbolistas que acusan la responsabilidad de saber que han movilizado a tantas personas en unos tiempos de crisis. Carmona no es de estos. "Presión, no. Yo lo miraría por el lado bonito", ataja. El extremo espera "un partido muy disputado, con dos equipos que están peleando por los puestos de ascenso y el que gane va a salir reforzado».

Carmona de nuevo vuelve la mirada hacia la Mareona. Lo hace desde la ilusión de ver la grada de Riazor teñida de rojiblanco. El extremo balear insiste en que "tiene que ser para nosotros un punto más, que vengan siete mil aficionados y ojalá que podamos dedicarles tres puntos".

El extremo no cree que el encuentro vaya a ser determinante, aunque sí que entiende que hay en juego más que tres puntos. "Está todo muy igualado, toda la temporada ha sido así. Es un partido ante un rival directo y son tres puntos muy importantes", argumenta. "Si ganamos saldremos muy reforzados y tenemos que jugar como lo hemos hecho en los últimos partidos fuera de casa, teniendo el balón y creando muchas ocasiones". Carmona no descuida detalle y recuerda que "también será importante conseguir el golaverage".

El atacante ha marcado goles decisivos en los dos últimos viajes del Sporting, algo a lo que restó importancia.