Javier Arizmendi, que ayer disputó la segunda parte en el amistoso frente al Sporting Braga, es uno de los futbolistas de los que el Deportivo pretende liberarse antes de que comience la temporada. Su alta ficha dificulta su salida, sobre todo porque es inasumible por los clubes en los que podría encontrar acomodo. Su agente, Manuel García Quilón, niega que el Dépor se haya puesto en contacto con él para que le busque equipo al atacante madrileño. "El club no me comunicó nada. Yo trabajo para el futbolista, no para el club. El jugador tiene contrato. Si quieren que se vaya, que nos hagan una propuesta -argumenta el representante-. Si nos interesa, bien; y si no, pues nada". Arizmendi regresó a Riazor el pasado verano tras descender a Segunda con el Mallorca. Esta es su segunda etapa en el conjunto blanquiazul, cuya camiseta defendió anteriormente desde enero de 2006 hasta junio de 2007. El canterano del Atlético pasó luego por el Valencia, Zaragoza, Getafe, Neuchatel y Mallorca antes de fichar de nuevo por el Dépor. Volvió para ser uno de los pilares del equipo en busca del ascenso, pero la mala suerte con las lesiones lo apartó pronto de las convocatorias.