Fabricio Agosto era un adolescente cuando llegó al Deportivo procedente del Vecindario la década pasada y le tocó madurar de golpe, hacerse un hombre casi de repente cuando llegó prematuramente la hora de su debut en Primera con 20 años recién cumplidos. Aquello le pesó, pero seis años y medio después, se ha propuesto enmendarlo con su 'versión 2.0'.

La segunda oportunidad en el Deportivo le sobrevino en octubre, tras el anterior parón del campeonato, por el mal arranque de temporada del equipo gallego en su regreso a la élite: era el colista y el equipo más goleado de la categoría.

Su técnico, Víctor Fernández, acometió una revolución que empezó por la portería. Sentó al argentino Germán Lux, titular fijo en el Deportivo el último año y medio, y alineó a Fabricio ante el Valencia.

La apuesta no le ha podido salir mejor porque el portero canario dejó la portería a cero ante el conjunto levantino (3-0), repitió ante el Espanyol (0-0) en un encuentro en el que fue decisivo, encajó sus únicos tantos ante el Getafe (1-2) y frente al Córdoba (0-0) fue vital para el equipo coruñés al desviar un lanzamiento de penalti.

Fabricio ha vuelto al Deportivo, con el que firmó tres años de contrato en agosto de 2013, para sacarse "la espina", como él mismo dijo, que le había dejado su anterior etapa en A Coruña.

A Galicia había llegado a mediados de la década pasada procedente del Vecindario canario, con el que el club coruñés había firmado un convenio, completó su formación en Coruña y debutó con el primer equipo en la temporada 2007-08.

El entonces entrenador blanquiazul, Miguel Ángel Lotina, había apartado al uruguayo Gustavo Munúa y el israelí Dudu Aouate por una pelea en el vestuario y le había dado la alternativa a Fabricio, que solo jugó seis partidos y fue sustituido bajo palos por Aouate en la recta final de la temporada.

"Aquello me impactó un poco, aunque no me sobrepasó, sino que me ayudó a madurar. Las situaciones malas aquí y en otros clubes te ayudan", señaló recientemente el guardameta, que aquella temporada, en la que acababa de cumplir 20 años, acabó el curso en el filial.

La siguiente campaña, la llegada de Dani Aranzubia a la portería le cerró cualquier posibilidad de jugar y se negó a renovar su contrato con el Deportivo.

"Tuve que marcharme para foguearme y coger experiencia", indicó cuando fue presentado como el "hijo pródigo" hace un año y tres meses.

Tras abandonar el Deportivo en 2009, el club presentó una demanda para que reconociera el contrato de renovación que había sido pactado en su día por ambas partes mientras él siguió su camino en el Valladolid, con el que jugó solo un encuentro; la siguiente campaña se fue al Recreativo de Huelva en Segunda, donde tuvo continuidad; y en 2011 fue incorporado por el Betis.

Al conjunto rojiblanco lo defendió en quince encuentros en la temporada 2011-12 y en solo dos en la 2012-13 porque unas polémicas declaraciones, en las que dejaba entrever que el equipo no había salido a competir a tope en un encuentro ante el Sporting de Gijón, le apartaron de los planes del que era su técnico, Pepe Mel.

Fabricio regresó al Deportivo "mucho más maduro" psicológica y físicamente: "He cambiado abismalmente. Me ha salido barba", comentó cuando inició su segunda etapa en el equipo coruñés.

Tuvo que esperar a enero de este año, con 26 recién cumplidos, para volver a tener minutos con el Deportivo en Liga por una lesión de Germán Lux, que recuperó la titularidad cuando se recuperó.

El cambio del equipo coruñés en verano con la salida de Fernando Vázquez y la incorporación de Víctor Fernández, no cambió su situación inicialmente, pero el arranque de temporada, las goleadas que se llevó el Deportivo y una revolución en el once le brindaron la oportunidad de volver a competir.

"Supone quitarte una espina porque cuando debuté (2008) no me salieron bien las cosas. Entonces había un ambiente raro, el Depor, que siempre había jugado 'Champions' y UEFA, estaba en descenso y yo jugué por un conflicto. Aquello sí me cogió por sorpresa", comentó en octubre.

Esta vez ya no le ha cogido por sorpresa y tampoco parece dispuesto a dejar pasar la oportunidad como en 2008 porque la segunda versión de Fabricio en el Deportivo aspira a consolidarse.