La Policía Nacional detuvo ayer a otras cinco personas relacionadas con la pelea que protagonizaron en Madrid cientos de ultras del Atlético y del Deportivo el 30 de noviembre. La operación Neptuno está todavía abierta y pretende detener a los responsables de la batalla campal que tuvo lugar en las inmediaciones del estadio Vicente Calderón y en la que perdió la vida el coruñés Francisco Javier Romero, Jimmy, a consecuencia de los golpes que recibió en cabeza y cuerpo antes de ser arrojado al río Manzanares. La intervención policial arroja ya un saldo de 41 detenidos, dos de ellos señalados como los presuntos autores materiales del crimen. Cuatro de los arrestados a lo largo de la mañana de ayer son miembros de la peña Ultra Boys, radicales del Sporting de Gijón. La policía les imputa un delito de riña tumultuaria.

Fuentes cercanas a la investigación apuntan a que la Brigada de Información cuenta con indicios que probarían la presencia de los radicales del gijoneses en Madrid. Entre los ayer arrestados se encuentra un joven de 27 años que pertenece a la sección Salvajes Langreo de Ultra Boys. Este vecino de la zona de El Lauredal de Gijón fue el encargado de alquiler el coche con el que los asturianos se desplazaron a Madrid el día antes de la pelea que se desarrolló a orillas del río Manzanares.

El ahora procesado habría pagado, además, una noche de hotel para varias personas en un establecimiento situado a apenas unos metros de la zona de la trifulca. Junto a él habrían viajado los otros tres arrestados.

Las primeras investigaciones de la policía apuntan a que los Ultra Boys pretendían apoyar en el enfrentamiento violento a los seguidores radicales del Frente Atlético, con los que comparten ideología de extrema derecha. El hombre que alquiló el coche es natural de Langreo y militar de profesión, al que se había expulsado del ejército hace meses tras protagonizar una pelea. Las autoridades le señalan ahora como cabecilla de los ultras. Este ciudadano, muy unido a grupos políticos de extrema derecha, es el único que quedó en los calabozos de la Policía anoche. Sus tres compañeros salieron en libertad con cargos.

Hasta la Comisaría de Gijón se desplazaron varios agentes del grupo encargado de investigar la pelea. Los funcionarios participaron en el interrogatorio al que se sometió a los radicales.

Los investigadores le seguían la pista a los radicales gijoneses desde hace días. Uno de ellos habían llegado a presumir en un bar la ciudad de la "paliza" que recibieron los miembros de Riazor Blues, que mantenían una enconada rivalidad con los Ultra Boys. Ya habían tenido enfrentamientos previos, la última vez, la temporada pasada en Segunda División por Labañou y ronda de Outeiro.

Otros sucesos violentos

La filtración a la prensa de las sospechas habría precipitado la detención de los cuatro gijoneses, que estaba prevista para dentro de unos días. La policía arrestó a tres de estos radicales a primera hora de la mañana mientras que el cuarto fue localizado alrededor de las tres y media de la tarde.

Los agentes investigan ahora si estos acusados están detrás de otros sucesos violentos protagonizados por los Ultra Boys en los últimos años. Dentro de unas semanas siete de estos radicales se sentarán en el banquillo acusados de agredir a un vigilante de seguridad de El Molinón. El fiscal pide una condena total para los imputados de casi 29 años de prisión.