Recuerdo especialmente los dos últimos años de Montalvo en el Deportivo. Era un extremo zurdo muy habilidoso y muy buen centrador. Además, tenía relativa facilidad para marcar. También lo recuerdo de la época en la que estaba sacando el título de entrenador -yo entonces era el profesor de Educación Física en la Escuela de Entrenadores de Galicia- en la que mostraba muchísimo interés. Durante ese tiempo pude percibir que Montalvo tenía inquietudes, que se comportaba como si fuese uno más, pues para nada hacía gala de su condición de futbolista del Deportivo. Eso que era también internacional por Perú. Una de sus grandes virtudes era la humildad, así lo decía también otra gente que lo conocía más que yo, que solo pude estar en contacto con él dos años, los dos últimos que pasó en A Coruña. Dejó un buen recuerdo, como futbolista y persona. Y sus hijos tienen que saberlo.