Cuando Pedro Mosquera deslumbró con el Deportivo en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife, en las navidades del año 2000, no se imaginaba que iba a tardar nada más y nada menos que 15 años en volver a vestir la camiseta del equipo de su ciudad. Era un niño de 12 años y ahora vuelve con 27, hecho un hombre. Fue en Canarias, en aquel trofeo internacional de fútbol 7, donde Mosquera llamó la atención de los grandes de España, aunque meses antes ya había destacado vestido de blanquiazul en el torneo de Brunete. Tanto brilló en el Heliodoro, que Barça, Sporting de Gijón y Espanyol apuntaron su nombre en sus respectivas agendas. También el Madrid, que fue el que se lo acabó llevando. Entonces el Deportivo no tenía equipos en esas categorías de base y le resultó imposible retenerlo.

Tres lustros después, vuelve a su casa como el fichaje más llamativo para la afición de todos cuantos ha cerrado el club hasta el momento. Ilusiona a la gente y se ilusiona él mismo, como ayer reflejó en su cuenta de Twitter, publicando un par de fotos de aquella época en el Dépor alevín. Luego, en su primera comparecencia pública como futbolista blanquiazul, no ocultó las enormes ganas que tenía de retornar al club de su ciudad. "Cuando me dijeron lo del Dépor, no me lo pensé. Siempre tienes esa morriña de volver aquí, con tu gente y con tu familia. Llevo quince años fuera, vuelvo con 27, y es un lujo", reconoció el centrocampista por la tarde tras ejercitarse por primera vez en Abegondo con sus nuevos compañeros. Entre ellos, Manuel Pablo, que acababa de ganar la Liga con el Dépor cuando Mosquera jugó aquel torneo en Tenerife.

Allí viajó con 12 añitos junto a otros once alevines seleccionados por el club coruñés entre los equipos modestos de la ciudad. Le acompañaron Javier Redondo, como él del Galicia Gaiteira; Jorge Hernández, Alberto López, Adrián Garrido y Borja Vázquez, del Imperator; Sergio García, Enrique Hernanz y Diego Peralta, del Victoria; Efrén Rodríguez y Víctor Sambade, del Eume Deportivo; y Dani Rodríguez, del Betanzos. Este último, recién fichado por el Racing de Santander, competirá la próxima temporada en Segunda B, pero de todos ellos el único que ha triunfado en la elite del fútbol es Pedro Mosquera.

Ernesto Bello, actual secretario técnico del Dépor, era el entrenador de aquel equipo alevín que compitió en Tenerife hace quince años. Entonces el pequeño Mosquera no jugaba de mediocentro, sino en la banda. "Era muy desequilibrante. Llamaba la atención. Luego nos sorprendió que al llegar al Madrid lo situaran por dentro", recuerda Bello, quien destaca la "enorme potencia" del chaval pese a su corta edad, dotado de "un tren inferior impresionante". Mucho poderío físico derivado, también, de la práctica del hockey sobre patines con el Santa María del Mar, un deporte que compaginaba con el fútbol.

Ajax, Athletic, Inter de Milan y Paris Saint Germain fueron los rivales de los alevines del Dépor en aquella competición, de la que Bello resalta sobre todo la actuación de Mosquera ante el conjunto holandés. "Al Ajax lo mató", resume. Además de reunir muchas cualidades sobre el terreno de juego, Mosquera también se formaba un camino recto como persona: "Siempre fue un chaval muy cariñoso y sensato". Nunca perdió la ilusión de regresar algún día al Deportivo, ni cuando estaba en la cantera del Madrid, ni después con el Getafe, ni tampoco la pasada temporada en el Elche. Su aportación resultó clave para la permanencia del conjunto ilicitano, que finalmente sufrió un descenso administrativo. Su deseo, según aseguró el futbolista, era "venir apara aquí incluso si el Elche se hubiera quedado en Primera".

Por fin ve cumplido ese sueño y, además, vuelve para quedarse mucho tiempo, de momento con un primer contrato de cuatro temporadas: "Lo que quiero es que en estos años el Dépor esté en Primera y yo crecer con él. Desde pequeño sé lo que es el Deportivo y lo que significa. Es un club superimportante y conocido a nivel mundial. Siempre me ha encantado este equipo y guardo muchísimo cariño a este club". Por ahora son dos los coruñeses en la plantilla, Álex y Mosquera, a los que se podría sumar Lucas si el club es capaz de concretar su retorno. "Me parece muy bien. Cuantos más de la casa haya, mucho mejor", dijo Mosquera, radiante de felicidad en su estreno en Abegondo. Fue un día intenso para él, con el examen médico matinal, el entrenamiento vespertino y el viaje a Oporto con el grupo para hacer noche y volar hoy a Manchester. Mañana quizá reestrene su añorada camiseta blanquiazul ante el Huddersfield Town (20.45 horas), en el primero de los dos amistosos que el Dépor jugará esta semana en Gran Bretaña.