Ganar al Villarreal no está al alcance de muchos equipos. Lo mismo pensarán del Deportivo Marcelino García Toral y sus jugadores. Cuatro derrotas cuentan los amarillos, por solo dos de los blanquiazules. Números que acentúan el respeto mutuo de dos equipos al alza que finalizaron 2015 en un gran momento de resultados. Ocho jornadas sin perder lleva el Dépor, mientras que el submarino viene de enlazar cuatro victorias seguidas. Será un rival de máxima dificultad que obligará al conjunto coruñés a ofrecer su mejor versión para puntuar. Esta vez no le bastará con repetir la imagen gris que ofreció en la despedida del año en Getafe. Necesitará proponer bastante más fútbol si quiere aspirar a amarrar los tres puntos, que supondrían un premio mayúsculo para el equipo blanquiazul, nada más y nada menos que dejar la salvación casi hecha y subir de nivel para meterse de lleno en la pelea por Europa.

Esa no era su liga, de hecho todavía no lo es, pero la realidad sitúa al Dépor en una situación inmejorable para convertirse definitivamente en la gran sorpresa del campeonato. Nadie le ha regalado nada. Se ha ganado a pulso sus 27 puntos, seis menos de los que el Villarreal tiene ya en la mochila. Vencer a un rival de la talla del conjunto amarillo siempre da "un plus", tal y como reconoció ayer Víctor Sánchez del Amo, que apostará por la continuidad en sus planes. Repetirá alineación, con la única duda del posible regreso al once de Luisinho, que vuelve tras cumplir un partido de sanción en Getafe tras su expulsión frente al Eibar.

El Deportivo se ha entonado últimamente en Riazor, donde más le costó sacar adelante los partidos en el arranque del campeonato. Ha ganado mucho en fiabilidad. Se despidió de su afición en 2015 con un triunfo convincente frente al Eibar (2-0). El Villarreal, por el contrario, está teniendo bastantes más problemas fuera que en casa pese a ser un equipo bien armado y plagado de futbolistas muy peligrosos de medio campo en adelante, como Denis Suárez, Bakambu o Soldado. Atacantes de lujo que obligarán al Dépor a aplicarse más que nunca en cuanto a intensidad, orden y concentración. Por eso es por lo que más destaca el equipo de Víctor Sánchez del Amo, por ser siempre competitivo, juegue quien juegue. El entrenador madrileño tiene cuatro bajas por lesión -Fabricio, Borges, Lopo y Cani-, las mismas que Marcelino: Asenjo, Bonera, Jaume Costa y el exdeportivista Adrián López.