Manda Gaizka Garitano, vehemente en sus consignas desde el primer entrenamiento, aunque su voz no resuena tanto como la de Julio Hernando (Valladolid, 1971), el más machacón y enérgico de los integrantes del cuerpo técnico del Deportivo. "Todos tratamos de estar muy encima del futbolista para que esté lo más atento posible y tenga la máxima concentración", asegura el preparador físico blanquiazul, que empieza esta nueva etapa con la máxima ilusión tras veinte años en el club de su ciudad.

-¿Cómo está siendo el cambio?

-Es un cambio difícil, pero gracias al cuerpo técnico y a la gente que rodea al Deportivo todo está siendo más fácil. Todo el mundo está muy atento y pendiente de ti. Es toda gente profesional, cada uno sabe sus funciones, y eso te ayuda a trabajar en el día a día lo mejor posible. Sé que estoy en uno de los históricos de Primera, con una tradición muy importante.

-¿Cómo es el grupo de futbolistas que se ha encontrado?

-Me he encontrado un vestuario muy receptivo a la hora del trabajo y de la metodología implantada por Gaizka. Las sensaciones iniciales son buenas. No hay ninguna duda sobre la predisposición del grupo pero sabemos que las pretemporadas son así. Hay entrenador nuevo y la gente quiere agradar, algo normal en el fútbol.

-¿El desplazamiento a Sudamérica lastra la preparación?

-Es verdad que los viajes al final trastocan un poco, pero se han acortado los plazos iniciales y solo vamos a Uruguay. También hay aspectos positivos, como convivir con el grupo fuera de casa.

-¿El plan de trabajo lo marca Garitano o es algo consensuado?

-Somos un cuerpo técnico. Gaizka es la cabeza visible pero está todo consensuado y planificado prácticamente desde que dijo sí al Dépor. Se ha hecho la planificación de estas seis semanas para que no haya ninguna sorpresa.

-¿Se ha quedado obsoleta esa vieja idea de que la base física de toda la campaña se adquiere en pretemporada?

-Esto ha cambiado mucho. Los equipos profesionales trabajan microciclo a microciclo. Van viendo ventajas e inconvenientes y ajustando cada semana los contenidos de trabajo en base a las necesidades que van apareciendo.

-Y con balón desde el primer día...

-Al futbolista le tienes que dar lo más cercano a lo que se va a encontrar en competición, y eso son adversarios, compañeros y balón. A partir de ahí, con esos tres parámetros tienes que convivir día a día para elaborar los ejercicios.

-¿El objetivo es llegar a tope a la primera jornada de Liga?

-No se puede cuantificar en qué porcentaje de forma va a llegar el jugador al primer partido de Liga. Yo concibo el fútbol desde un prisma global, en el que tú inculcas objetivos al equipo y se van cumpliendo. En base a lo que vayas obteniendo, el equipo tiene que tener una respuesta a nivel condicional. El que diga que al primer partido de Liga se va a llegar al 100% miente. El ritmo competitivo te lo da el propio partido. Es inviable llegar al 100% a la primera jornada. A mí me gusta hablar de periodo de forma óptimo, es decir, de estar en las mejores condiciones posibles y, sobre todo, con una cosa muy clara, que esté el 100% de la plantilla. Nosotros buscamos mucho eso. Preferimos tener veinte jugadores al 80% que once al 100%, porque se han caído siete u otro por tema de lesiones, etcétera. Creemos mucho en el trabajo preventivo y a través de Pablo (López) lo vamos a llevar a cabo. Hay que educar al futbolista para que sepa que hay entrenamiento en el pre, en el durante y en el post.

-Todo el cuerpo técnico está muy encima de los jugadores, sobre todo usted. ¿Es su forma de motivar y exigir?

-Son sesiones de 80 o 90 minutos en las que prácticamente no paramos, ni en los cambios de tarea, solo para beber agua y explicar. Eso al futbolista le llama la atención y le gusta. La exigencia desde nuestra posición, Gaizka (Garitano), José (Luis Ribera), Patxi (Ferreira) y yo, al final es estar muy encima del futbolista para que esté lo más atento posible y tenga la máxima concentración. No sé si es gritar o no gritar, pero muchas veces hablar con el futbolista le va a ayudar a la hora de prestar atención a las tareas. Concebimos el entrenamiento así, con un nivel de exigencia alto.

-¿Es el momento de sufrir?

-De sufrir y de disfrutar. Depende un poco de la metodología de trabajo, para que el jugador, además de cumplir con la exigencia que se le pide, disfrute con las tareas del día a día. El jugador tiene que trabajar lo más a gusto posible y nosotros ya nos encargamos de darle todas las premisas y todo lo que le haga falta en el día a día.

-¿Se informa a cada futbolista de su evolución?

-Sí. A todos los evaluamos día a día desde el punto de vista físico, técnico, táctico, con vídeos individualizados y colectivos, y con datos que les pueden ayudar a mejorar: antropometrías, pliegues grasos... Al final el jugador es profesional, le gusta estar lo mejor posible y nosotros tenemos que exigirle para que esté lo mejor posible.

-La pasada temporada tuvo dos partes opuestas para el Deportivo, la primera brillante y la segunda nefasta, ¿lo ideal es encontrar una regularidad en la trayectoria?

-Lo ideal es conseguir los puntos que te van a dar el objetivo. Según la forma, puede haber malsabores, porque aquí en diciembre seguramente se generó una ilusión viendo la situación del equipo. Se trata de afrontar cada partido como una final y de jugarlo como si fuese el último. La línea regular la tiene el Barça y el Madrid. El resto de equipos tienen muchos altibajos.

-¿Arrancar la Liga con fuerza es clave especialmente para los equipos de abajo?

-Cuanto más sumes al principio, mejor, porque te da tranquilidad y el jugador va a a ser todavía más receptivo.

-¿Cómo es Garitano en el día a día?

-Gaizka y yo siempre mantuvimos contacto a pesar de su marcha de Valladolid. Tiene un sentimiento humano impresionante como entrenador. Es un tío muy honesto. ¿Qué voy a decir yo?, pero es que esa es la realidad. Coincidimos mucho por la forma de ver el día a día y de concebir el entrenamiento. También Patxi y José son muy importantes. Vamos a poner todos los medios posibles para que el futbolista crezca y sea mejor día a día. Se nos contrata para salvar al Deportivo un año más y, a partir de ahí, crecer como club y como equipo.