Era un mundo nuevo. El Dépor, con el primer ascenso a Primera de toda su historia en el bolsillo, quiso ir un paso más allá. Triunfaba en el fútbol y estaba decidido a impulsar su vocación polideportiva, que había estado presente en su génesis, en 1906. Aurelio Ruenes, importante empresario de la ciudad, era el presidente y el 11 de febrero de 1942 se tomó la decisión de crear las secciones del club. Hoy en día extintas, pero que durante cinco décadas dotaron de una oferta de ocio inigualable a la ciudad y trajeron momentos de gloria.

Ciclismo, natación, baloncesto, hockey patines, atletismo, hockey hierba, tenis, boxeo, rugby, balonmano, ajedrez, remo, pelota vasca... Las dos últimas, sin actividad. Fueron once los deportes representados con blanquiazules de escudo al pecho. Su trayectoria y su importancia, diversas. El último deporte con vida fue el ajedrez, que siguió funcionando hasta la 91-92 y que contó en nómina con Domingos Merino, exalcalde de la ciudad.

Y el Dépor empezó fuerte en 1942. El inolvidable Vicente Cucarella fue la persona designada para organizar la actividad. El 2 de mayo los blanquiazules participaron en el Leirón en el primer partido de la historia del hockey patines en la ciudad ante el Sporting Club Casino. Un duelo histórico bajo la tutela del catalán José María Sastre. El 19 de julio ganaba su primera y única Vuelta a España con Julián Berrendero como vencedor de la individual final. Aquel equipo era una especie de dream-team en el que también estaban José Jabardo, Fermín Trueba y Delio Rodríguez, que se llevó ocho etapas. El atletismo, que empezó como pedestrismo, fue el que tuvo más peso con la Torre de Marathón y las pistas de ceniza de Riazor. Incluso disfrutó de tres olímpicos mientras eran deportivistas: Manuel Gayoso, Isidoro Hornillos y Colomán Trabado. Una historia rica, oculta y por descubrir.