Ni la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción que dio lugar al juicio y la sentencia ejecutada ayer ni los fallos firmados por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo mencionaron o cuestionaron las remuneraciones del ex director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez López, máximo directivo de la entidad durante treinta años. El ejecutivo se jubiló con unos 18 millones, entre indemnización (2,7), plan de pensiones y otros conceptos, tras haber cobrado un sueldo de 2,5 millones de euros al año. Pero nadie actuó en su contra porque como hasta defendieron los sindicatos, su retiro se produjo en la edad reglamentaria (65 años), antes de la fusión de Caixa Galicia y Caixanovaretiro antes de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova y su abultada pensión era producto del también elevadísimo salario. Su contrato contenía blindajes y privilegios, pero no consta que fuese modificado antes de su retiro, como sí ocurrió con los ahora encarcelados.

Méndez mantuvo durante meses tras su retiro la condición de consejero en varias empresas participadas por las cajas, con su remuneración y dietas; chófer, secretaria y gastos pagados en telecomunicaciones. Sus privilegios fueron desvelados con la polémica de los retiros millonarios y José María Castellano, entonces presidente de Novagalicia, le retiró los beneficios y lo apartó de los consejos de administración. En 2010 el Banco de España ya lo había apartado del proyecto en común de las dos cajas de ahorro gallegas, tras responsabilizarle de la comprometida situación financiera de Caixa Galicia. La mala gestión sin embargo no es delito, como recordó la Audiencia Nacional, cuando desestimó la denuncia por delitos societarios, administración desleal y apropiación indebida que un particular presentó contra Méndez y sus hijos José Luis y Yago -exempleados de Caixa Galicia- en un intento de que fueran incluidos en la investigación contra los ahora encarcelados.

El máximo directivo de Caixa Galicia en la fusión fue Javier García de Paredes, para quien la Fiscalía pidió la absolución durante el juicio. En el pleito laboral, aún vivo, el exdirectivo ratificó su ofrecimiento de devolver su indemnización.