Galicia empieza a acostumbrarse ya a las ciclogénesis explosivas. Tras el paso del Klaus, en enero de 2009 y el del Xynthia, en febrero de este mismo año, Paula, una nueva y profunda borrasca procedente del Atlántico, entró esta madrugada en la comunidad amenazando con complicar el Puente del Pilar en gran parte del país. Aunque en principio el ciclón afectará a toda Galicia, sus primeros y peores efectos se notarán en el litoral, especialmente en A Costa da Morte y Muros, la única zona donde la Xunta decretó la alerta naranja por viento ante la previsión de rachas de más de 100 kilómetros por hora.

El ciclón, con todo, tocará tierra bastante debilitado y tras haber alcanzado su punto álgido en pleno océano. Eso explica por qué, pese a tratarse de una ciclogénesis explosiva incluso más virulenta que las dos anteriores, las previsiones apuntan a que en el resto de A Coruña y en las Rías Baixas no se superarán los 90 kilómetros por hora y en las provincias de Lugo y Ourense rondarán los 80 km/h.

Pero más que el viento, preocupa la lluvia. Juan Taboada, de MeteoGalicia, explica que "un frente muy activo" que entrará asociado a la borrasca dejará importantes lluvias durante todo el día, sobre todo en la mitad sur de la comunidad. Pontevedra será la primera en notar sus efectos, con precipitaciones más intensas a partir de las 13.00 horas que se irán desplazando poco a poco hacia el este de la comunidad. Según las previsiones, podrían caer más de 15 litros por metro cuadrado en una hora en puntos concretos de Pontevedra y A Coruña y acumularse hasta 50 litros en el interior de ambas provincias así como en la montaña ourensana y en la comarca de Valdeorras.

El ciclón Paula, un fenómeno "poco frecuente" en estas latitudes y al que los expertos denominan "tormenta perfecta", se empezó a formar el pasado miércoles a 1.500 kilómetros al oeste de Galicia. Desde entonces, su epicentro ha ido ganado fuerza e intensidad a una velocidad "inusual", duplicando, según explican desde MeteoGalicia, los registros que dejó el Xynthia. Sus efectos sobre la comunidad, sin embargo, serán previsiblemente menores que los de aquella borrasca -que dejó ráfagas de más de 140 kilómetros por hora y se cobró una víctima mortal- e incluso se quedarán por debajo de los del temporal del pasado fin de semana.

"En general los vientos soplarán fuertes, con rachas que podrían superar los 100 en puntos como A Costa da Morte. Pero no esperamos que sus efectos vayan más allá", explica Taboada, que añade que la peor parte se la llevará el litoral de A Coruña y Pontevedra, en alerta naranja por olas de más de 5 metros.

Galicia, con todo, no tendrá un fin de semana tan agitado meteorológicamente como el anterior. Paula abandonará la comunidad esta misma tarde y para mañana, incluso se prevé una jornada de cierta "estabilidad". Solo el litoral seguirá en alerta naranja por mar de fondo, olas de más de seis metros y vientos de hasta 75 kilómetros.

La tormenta perfecta se desplazará "en diagonal" dirigiéndose hacia el Cantábrico oriental, Extremadura y el Mediterráneo. El domingo, la peor parte le tocará a Valencia y Cataluña y el lunes, prácticamente deshecha, Paula abandonará la Península.

Un año más, septiembre se consolida como un mes ideal para disfrutar de las vacaciones en Galicia. Así lo corroboran los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que al hacer balance del verano destacó las altas temperaturas que se registraron el mes pasado en la comunidad. El portavoz de la Aemet, Ángel Rivera, señaló que septiembre se caracterizó en Galicia por ser "muy cálido", con anomalías térmicas ligeramente por encima de un grado centígrado respecto a los valores medios.

En general en España el trimestre julio-septiembre también ha venido marcado por el calor, y se cierra como el cuarto más cálido desde 1970, por detrás de los veranos de 2003, 1990 y 1991. Así, el periodo estival se saldó en todo el país con temperaturas 1,4 grados por encima de la media.

En cuanto al mes de septiembre, Rivera señaló que, en general, resultó "ligeramente más cálido y seco" de lo normal, con una temperatura media 0,6 grados superior a los valores históricos y un 20% menos de lluvias de lo habitual. Una anomalía que destacó especialmente en el caso de Galicia y la provincia de Málaga, dos zonas que vivieron, subrayó, un mes "muy cálido".