La crisis que anima cada vez a más jóvenes gallegos muy preparados a buscar trabajo lejos de su lugar de origen es también la responsable de que cada vez menos gente quiera venir a Galicia. Tras un periodo de continuos incrementos, la inmigración exterior sufrió en 2008 un frenazo en seco, hasta el punto de que las 13.847 personas que llegaron a Galicia el año pasado desde el extranjero representan la cifra más baja desde 2001. El factor que más ha influido en esta caída es la mala imagen de la economía española en el exterior, que disuade tanto a los gallegos que sopesan el retorno como a ciudadanos de otros países en busca de trabajo. De los 13.847 inmigrantes que recibió Galicia, 10.139 eran extranjeros -la mitad de los 20.597 que llegaron en 2007- y otros 3.708 españoles. Por lugar de procedencia, Europa es donde más se ha notado la caída, tanto de extranjeros como de retornados. De los 9.600 que hicieron las maletas rumbo a Galicia en 2007 se pasó el año pasado a 4.180, es decir, menos de la mitad, un porcentaje que se multiplica en Portugal, de donde emigraron 2.832 personas en 2007 rumbo a Galicia frente a las 967 del año pasado. En cuanto al flujo de extranjeros y retornados desde América también cayó notablemente, de 11.386 a 5.508.