-El viernes tomó posesión como jefe de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia. ¿Qué retos se marca?

-Vamos a continuar con aquellas estrategias han logrado reducir la accidentalidad y revisar lo que se puede hacer mejor. Hay que incidir en el control del alcohol y las drogas, la velocidad inadecuada y excesiva. Y también insistiremos en la necesidad de los dispositivos de seguridad: un 20% de los fallecidos siguen sin llevar dispositivos de seguridad.

-¿Qué conductas son más difíciles de cambiar en los conductores gallegos?

-En las alcoholemias queda mucho por hacer, pero también en velocidad. Y lo más importante, y que nos diferencia del resto de España: el comportamiento de los peatones. Tenemos una tasa elevada de atropellos. En lo que va de año murieron nueve personas en carreteras interurbanas, de ellos tres son peatones. La cifra es preocupante: un tercio. De los fallecidos en accidentes de tráfico el año pasado en Galicia, el 22% eran peatones, mientras que en el resto de España, un 12%. El perfil del peatón atropellado es el de una persona mayor y que no lleva chaleco reflectante -de los 19 fallecidos el año pasado, 14 superaban los 60 años y solo uno llevaba el elemento reflectante- y el accidente se produce en zonas próximas a su domicilio y en horario de reducida visibilidad. Hay que seguir sensibilizando a la población con campañas. Desde el punto de vista normativo nosotros solo podemos actuar sobre aquellos peatones que infringen: los que circulan en carreteras interurbanas entre el ocaso y la salida del sol.

-Hasta ahora apenas se sanciona a los peatones que cometen infracciones. ¿Se va a proceder a denunciar a quienes circulen sin chaleco reflectante?

-Yo soy partidario de la denuncia y la sanción cuando un usuario infringe, ya sea conductor o peatón. Ahora bien, cualquier medida que desde el punto de vista de la inversión se tome en prevención y educación para evitar ese incumplimiento de las normas es rentable y duradera. Pero la dinámica de la Agrupación no puede ser otra que denunciar las infracciones que se observan. A partir de ahora se va a reforzar el control de vigilancia sobre los peatones; aprovecharemos todos nuestros desplazamientos para vigilar las diferentes carreteras y en cuanto observemos una conducta infractora lo denunciaremos.

-Para un infractor al volante, ¿surte más efecto la multa o la retirada de puntos?

-La multa tiene un efecto importante, más en estos momentos de crisis. Pero sigue teniendo un efecto importante y más condicionador la retirada de puntos, porque el automóvil es fundamental ya que muchos conductores dependen del vehículo para su trabajo. La eficacia del carné por puntos está de sobra comprobada.

-La DGT rebajará de 100 kilómetros por hora a 90 el límite en las carreteras secundarias, donde se producen el 80% de los accidentes mortales. ¿Cree que también se deberían revisar al alza los límites en algunas travesías?

-No me queda más remedio que respetar lo que los técnicos, que pretenden lo mejor para la seguridad vial, determinan. Entiendo que si alguien ha limitado una vía a una velocidad será porque lo ha estudiado. De todas maneras, cuando nosotros observamos que puede haber una deficiencia o algo que pueda ser modificado, bien por exceso o defecto, hacemos los pertinentes informes que afectan al titular de la vía y los remitimos a la jefatura de Tráfico que hace su estudio y lo eleva. Cualquier modificación la plantearemos. Porque en algunas zonas ese límite puede dar lugar a algún tipo de distracción o retención.

-Interior dio finalmente luz verde al 130 km/h en autovías y autopistas en determinados tramos que deberán definirse, ¿debería ser una limitación genérica?

-En la mayor parte de los países de Europa está a 120; y en los países en los que hay una liberalización de la velocidad no hay unas mejores cifras de siniestralidad. Se estudiará ahora en qué lugares se puede aplicar en unas condiciones determinadas se podrá circular a 130, limitado en el tiempo y en el espacio y sometido a unas condiciones climatológicas que acompañen.

-La DGT ha decidido duplicar el importe de las multas por alcoholemia, ¿le parece la solución para atajar el elevado número de positivos al volante en las carreteras gallegas?

-Estamos hablando de un proyecto que todavía no ha entrado en vigor. Se propone elevar la multa de 500 a 1.000 euros en vía administrativa. Eso refleja que hay una influencia importante del alcohol en la accidentalidad. En la memoria de 2012 del Instituto Anatómico Forense, revela que un 47% de los fallecidos en siniestros de tráfico habían consumido alcohol o drogas. Cada uno puede tener su opinión sobre si se debe incrementar o no la sanción, pero yo confío en los técnicos de la DGT que hacen numerosos estudios sobre la accidentalidad y llegan a una conclusiones en base a ellos. Si llegan a la conclusión de que en el caso del alcohol hay que elevar la cuantía de la sanción, será porque lo consideran efectivo para atajar esta conducta.