La crisis sin precedentes padecida en el Concello de Santiago debido a la dimisión de nueve ediles en apenas unos días, siete de los cuales han sido condenados por prevaricación, ha generado una concentración de poder temporal en manos del alcalde y su número dos, que acapararán la responsabilidad de todas las concejalías hasta concretar los fichajes para completar su gobierno.

Ángel Currás firmó ayer un decreto por el que él asumía las competencias de Facenda, Réxime Interior e Persoal y Seguridade e Mobilidade que hasta la condena por prevaricación ostentaban sus ya excompañeros Cecilia Sierra, Amelia González y Luis García Bello. Por su parte, la teniente de alcalde, Reyes Leis, suma a su departamento de Economía -que incluye empleo, comercio, turismo y mercados- Festas e Participación Ciudadana, Urbanismo, Servizos Sociais, Deportes, Obras y Xuventude e Normalización Lingüística, relevando a Francisco Noya, María Pardo, María Castelao, Adrián Varela, Juan José de la Fuente y Rebeca Domínguez, respectivamente.

El grupo del PP se completa con Luis Meijide y José María Rosende, aunque ambos tienen competencias menores en medio rural dependientes del área de Participación Cidadá. Estos cuatro ediles configuran en estos momentos la junta de gobierno local.

Pese a este vacío de poder, Currás, único concejal popular imputado en la actualidad por el caso Pokemon y el presunto acoso a un policía, garantizó de nuevo ante los medios la gobernabilidad del concello y la reunión con personal del mismo para continuar la "tramitación ordinaria" de expedientes.

Las nueve vacantes que debe completar el regidor se nutrirán de alguno de los miembros de la lista del PP, con algunos de los cuales ha abordado ya su disponibilidad, y de fichajes ajenos a ella con perfil técnico. "Esta semana va a estar cerrado", aseguró Currás. Una vez elaborada una propuesta, esta pasará el filtro de la cúpula del PP, a pesar de que esta le ha dado libertad para crear su equipo. "Me gusta siempre contrastar algunas decisiones, como es normal, con el partido", indicó Currás, que podrá mantener "algún contacto" personal con Alberto Núñez Feijóo, que ayer regresó de su viaje oficial a Japón.

El número dos del PP gallego, Alfonso Rueda, apremió a Currás para recomponer "cuanto antes" su gobierno. "Hablamos de la capital de Galicia, y tiene que seguir siendo gobernada", indicó.

Ante la prensa, además, Currás reconoció que la situación del concello, con once renuncias por motivos judiciales en tres años en las filas del PP,"podría entenderse incluso como fracaso", al tiempo que desvinculó el adiós de Rebeca Domínguez de sus "desencuentros".

Por otra parte, la exconcejal María Castelao pidió ayer la baja voluntaria como militante del PP, según informa Europa Press. El resto la mantiene a la espera de una condena firme.

El presidente de la junta de personal del Concello de Santiago irrumpió ayer en la crítica escena política de la ciudad para afear a Currás que se aferre al cargo, pues "no prevé que esté en su ánimo presentar la dimisión y ser solidario y leal con sus compañeros", y solicitarle "que no maltrate más" a los trabajadores del municipio, que son los que "mantienen los servicios".

Antón Barba censura el comportamiento de Currás, le recuerda que "hoy sería también pasto de la justicia" de haber acudido a la junta de gobierno que aprobó pagar con fondos públicos la defensa de un edil investigado por corrupción y lo acusa de crear "discordia, tensión, desmotivación y desconfianza", según la misiva.

El portavoz del PSdeG, Francisco Reyes, censuró al "caótica" situación de un concello "ingobernable" dirigido por un regidor que está "sordo y mudo" y que ni siquiera ha convocado la junta de portavoces para informar de las dimisiones. El diputado socialista y exalcalde de la ciudad, Xosé Sánchez Bugallo, lamentó la "lamentable" situación de la urbe y preguntó el motivo por el que Currás no acudió a la junta de gobierno que acabó provocando la condena de siete ediles. Por su parte, Rubén Cela (BNG), volvió a exigir la dimisión del alcalde.