Casi dos meses han pasado desde que los ganaderos gallegos abandonasen las tractoradas con las que tomaron las calles de Santiago y Lugo para denunciar los bajos precios de la leche a las que siguieron los bloqueos a toda la industria láctea gallega y a parte de la distribución. El acuerdo lácteo firmado entre el Ministerio de Agricultura y parte del sector dio pie a una tregua pero después de un mes en vigor, los productores critican que mientras la distribución aumentó entre tres y cinco céntimos el precio de litro de leche en los supermercados, este incremento -alegan- "no repercutió en la industria ni llegó a los ganaderos". Por eso, miembros de la Organización de Productores de Leche (OPL) retomaron ayer los actos de protesta con el reparto de más de 1.000 litros de leche en Santiago, que supondrá el "punto de partida" de nuevas movilizaciones "más cortas pero más drásticas".

La Plataforma Galega en Defensa do Sector Lácteo se reunirá hoy para determinar las futuras manifestaciones debido a que el acuerdo lácteo no ha sido efectivo y los precios solo subieron 0,6 céntimos en septiembre, según los últimos datos del ministerio. "No hay ningún tipo de repercusión de la cuantía y nuestras esperanzas son pequeñas, porque la administración no puso el peso político necesario para hacer un decreto de cumplimiento obligatorio", aseguró ayer el portavoz de la OPL, Anxo Escariz. Los productores están "en primeras conversaciones" y coordinando qué tipos de actos se van a realizar, aunque se prevé que las protestas se centren en presionar a las partes de la cadena alimentaria que incumplan el acuerdo. Los ganaderos empezarán focalizando su atención en las industrias Lactalis y Danone junto con primeros compradores que "pagan por debajo de los costes de producción".

Desde la OPL acusan al Gobierno de esperar unos meses a que se produzca, como ocurre todos los inviernos, una subida del precio de origen en las granjas gallegas de "manera natural" para alegar que se debe al acuerdo lácteo. Escariz advirtió de que los ganaderos arrastran desde la primavera pasada, con el inicio de la nueva campaña lechera, una bajada de las tarifas a mínimos que no permiten sobrevivir a las explotaciones y provocan que todos los días haya productores obligados a dejar la actividad. La Federación Rural Galega (Fruga) cifra en 80 granjas al mes las que se han visto obligadas a echar el cierre en el último año debido a la difícil situación que atraviesan por el continuo descenso de las tarifas.

Para la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, muchas de las explotaciones que cierran lo hacen "por razones estructurales" y no por la evolución de la cuantía que cobran sus propietarios por la venta de la leche. La responsable del departamento estatal defendió que se necesita más integración y organización del sector para reducir la cifra de cierres. Tejerina alegó además que las ayudas de 300 por vaca y otras subvenciones adicionales algunas explotaciones acumularán hasta 60.000 euros que "compensan entre seis y diez céntimos lo que nos le da el mercado".

Aunque los ganaderos no confían "para nada" en que se recuperen los precios gracias al acuerdo lácteo, la conselleira de Medio Rural se muestra optimista y asegura que este documento, que calificó como "histórico", "dará sus frutos poco a poco" como ocurrió en Francia porque -defendió- ya frenó "en seco" la constante caída de los precios en los últimos meses.