Al principio de acuerdo alcanzado en el seno de En Marea para concurrir otra vez como coalición a las elecciones generales del 26 de junio, Anova le puso ayer peros. La formación liderada por Xosé Manuel Beiras cedió en su pretensión de crear un partido instrumental para maximizar las opciones de tener grupo propio en el Congreso, pero mantiene que la última palabra la deben tener los militantes, por lo que quiere que sean ellos quienes decidan si se reedita el pacto fundacional de En Marea en una consulta convocada para próxima semana. Ya Beiras advirtió el fin de semana del riesgo de ruptura por los protagonismos de algunos miembros de la coalición, a los que reprochó que se comportasen como "la vieja casta".

Tan solo doce horas después del acuerdo alcanzado con Podemos y Esquerda Unida dando por cerrada la crisis interna provocada por la fórmula para concurrir a los comicios del 26-J, Anova evitó dar por cerradas las conversaciones. Y lo hizo a través de un comunicado en el que además de dejar en manos de sus militantes la decisión final, matiza que firmó el acuerdo para "salvaguardar el espacio de confluencia", ya que el plazo legal para el registro concluye mañana. "A pesar de eso, aún queda plazo hasta el día 23 para poder escoger otra fórmula", añade la formación liderada por Beiras, aunque sus socios ya han dejado claro su rechazo a inscribir En Marea como partido instrumental. "Seremos irresponsables si por no registrar un partido instrumental impedimos esa alternativa necesaria para el Congreso y para Galicia", defendía el veterano nacionalista en una reciente entrevista a este periódico.

En la asamblea convocada para este domingo por En Marea, Anova testará el "sentir" de las bases. Sin embargo sus socios en la coalición han bloqueado la opción de votar la fórmula con la que concurrir a los próximos comicios o la configuración de las listas electorales. La formación de Beiras defiende la inscripción de En Marea como partido instrumental, ya que esta fórmula, según defienden, permitiría la adscripción individual y un funcionamiento blindado a las cuotas de los partidos.

La fórmula jurídica de la marca no es el único escollo con sus socios. Anova también marca distancias sobre las listas electorales del 26-J, que se propone someter de nuevo a un proceso de primarias de nuevo, una consulta que Podemos y Esquerda Unida rechazan. Ya en diciembre, EU situó a Yolanda Díaz de número dos por A Coruña sin consultar a las bases. Esta decisión se tomó un año antes de que finalizase el mandato de una legislatura asumido por la entonces diputada autonómica de AGE.

Podemos tiene como objetivo fortalecer la confluencia, pero dando protagonismo a su marca. De ahí su rechazo a inscribir a En Marea como partido instrumental, ya que la creación de grupos parlamentarios de Galicia, Valencia y Cataluña reduciría el poder de Pablo Iglesias, líder de la formación morada, para negociar un posible pacto de gobierno con el PSOE.

Esquerda Unida, por su parte, se siente fuerte tras el pacto entre Iglesias y Alberto Garzón para el 26-J, en el que ha tenido un papel importante Yolanda Díaz. Mientras tanto, Anova se propone crear un sujeto político nuevo que, al ser partido, le permita funcionar de manera más autónoma.

La sumisión de En Marea a las fuerzas estatales alimentaría las críticas del BNG a sus antiguos compañeros, extremo que irrita a Anova, que, a cambio de las actuales cesiones, habría logrado que las mareas municipales impulsadas por la Marea Atlántica de A Coruña sean un afluente del proceso ya en marcha. Estos aspectos podrían restarle votos nacionalistas a la izquierda rupturista.

En principio, En Marea no peligra, sobre todo por la cercanía de las elecciones autonómicas, pero la estabilidad posterior al paso por las urnas resultará frágil de no actuar con "generosidad" y "sin protagonismos", como defendió Beiras en la asamblea de Anova el pasado mes de abril. Para no alimentar los problemas internos, Podemos, Anova y EU sopesan aparcar los textos relativos a la regulación de su funcionamiento de cara a las elecciones gallegas de octubre, según las fuentes consultadas. Estos deberían formar parte de un paquete de documentos que se aprobará en la asamblea de En Marea del domingo, pero previsiblemente solo recibirán luz verde textos generales de carácter programático. La decisión todavía no está cerrada.

Por su parte, el alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, defendió ayer "mejorar" En Marea para lograr una candidatura "fuerte y unida" pero reconoció no sentirse "satisfecho ni no satisfecho" por la reedición de la coalición, sin que se registrarse como partido.

Al proceso también se refirió ayer la mano derecha de Beiras. El alcalde de Santiago, Martiño Noriega (Compostela Aberta), reivindicó las cesiones de los suyos en aras de un bien mayor. "La confluencia es un proceso muy complejo [...], yo entiendo que están haciendo concesiones por el bien común y por una posición de común denominador", declaró. "No entro a valorar las posiciones de los demás, pero me consta que en el proceso ha mostrado generosidad y eso va en el ADN de Anova de apostar por la unidad popular, pero no significa que se hagan cesiones de las posiciones, porque los procesos participativos se puede seguir debatiendo", indicó sobre la consulta a sus bases.