En la recta final de la legislatura, la Xunta apura los trámites para cerrar, antes de agotar el mandato, su última gran operación dentro del programa de racionalización de la Administración autonómica cuyo objetivo final es la reducción del número de organismos autónomos, institutos y agencias. Consiste en la fusión del Consello Galego da Competencia con el Instituto Galego de Consumo, cuya integración efectiva se producirá en septiembre u octubre, justo sobre la bocina que pondrá fin a la segunda legislatura de Feijóo al frente de la Xunta.

El Gobierno gallego ha empleado en esta operación los cuatro años de mandato, pues su fusión la anunció el presidente del Ejecutivo en su discurso de investidura. Para la próxima legislatura, Competencia (dirigida por Francisco Hernández) y Consumo (por María Jesús Muñoz) funcionarán ya como un único ente, integrando sus plantillas y, obviamente, sus funciones, las de velar por que se cumplan las reglas de la competencia y las de defensa de derechos del consumidor. De hecho, ya están ocupando las mismas dependencias como paso previo a la fusión definitiva. "Con lo que el ahorro ya comenzó", aseguran desde la Consellería de Economía e Industria, departamento del que dependen orgánicamente los dos organismo que se van a integrar.

Esta fusión será la última de gran calado, pues las otras dos operaciones de racionalización que quedan pendientes son más carácter jurídico-administrativo. Por una parte, disolver los consorcios comarcales de servicios contra incendios de O Carballiño, Ribeiro, A Limia, Valdeorras y Verín -cuya aprobación se produjo esta semana- y transformar Agader y el Instituto Energético de Galicia (Inega) en sendas agencias públicas. La integración del Consello Económico e Social (CES) con el Consello de Relacións Laborais ha quedado aplazada por su complejidad. No obstante, la mayoría de las comunidades cuentan con CES independientes, como seguirá el gallego.

El plan de racionalización supuso la intervención en 160 organismos con el ánimo de reducir costes y cargas burocráticas, simplificar y agrupar la gestión y eliminar departamentos innecesarios. Según la Xunta, el programa supondrá la eliminación de 96 entes y la intervención en otros 64 para mejorar sus funcionamiento con la aplicación de 800 medidas de eficiencia. Se ha actuado ya sobre el Centro de Transfusión de Sangre, la Oficina de Coordinación de Transplantes, la Axencia Galega de Seguridade, la Axencia de Infraestructuras o el Instituto Galego de Seguridade e Saúde Laboral. Todo ello ha permitido que el programa reporte a las arcas autonómicas un ahorro acumulado de unos 70 millones.