Más de 193 millones de euros. Es el presupuesto que manejaron los constructores gallegos para la ejecución de viviendas en la comunidad el año pasado. Se trata del importe más elevado desde 2012, ejercicio en que se rebasaron los 212 millones. El desembolso acometido en 2016 supone 37,8 millones más que el ejercicio anterior, lo que se traduce en un repunte del 24%. Pero estas cifras están muy por debajo de los máximos alcanzados en 2006 por los promotores gallegos, con un presupuesto para la ejecución de pisos por encima de los 2.800 millones de euros.

Ese año marcó un hito en las estadísticas de la construcción en España en general y en Galicia en particular. Desde ese ejercicio, los números cayeron en picado. Fue a partir de 2009, cuando comenzaron a perderse dígitos con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Entonces la inversión del sector de ladrillo en Galicia en vivienda nueva fue de poco más de 487.000 euros. Y ya desde 2010 no se volvió a superar la barrera de los 400.000 euros al año, con el mínimo registrado en 2014 con un presupuesto de apenas 133.000 euros.

Pero mayor inyección a las cuentas de las constructoras no procede de la construcción de viviendas sino la obra pública. Galicia copó el año pasado el 9% de los proyectos licitados por el conjunto de las administraciones. Estado, Xunta, concellos y diputaciones sacaron a concurso en 2016 obras por más de 866 millones de euros, un 9% más que el ejercicio anterior. La provincia de A Coruña concentra el 60% de la inversión pública en Galicia.