Jesús Hurtado corría tras un balón cuando se tropezó sin querer con un héroe de nombre gallego: Anselmo Antonio Vilar García. Este investigador y periodista andaluz estaba reuniendo testimonios para escribir la historia del equipo de fútbol local, el Vélez-Málaga, pero los más mayores, entrados en conversación, le contaban historias de la Guerra Civil: que si uno había perdido a su hermano, que si a otro se lo habían llevado sus padres escapados... Algunos le dijeron que se escondieron cuando apagaron el faro, una chispa que lo llevó a indagar sobre los faros de Torre del Mar y sobre quienes tenían la misión de mantenerlos "siempre limpios y encendidos", los fareros.

Esa última y principal misión, mantener el faro encendido, fue la que el héroe de esta historia, Anselmo Antonio Vilar, cuyo padre había sido el primer farero del municipio malagueño, se saltó las madrugadas del 6 y el 7 de febrero de 1937, en plena Guerra Civil, para evitar que la aviación italiana de reconocimiento y los cruceros Canarias y Almirante Cervera bombardearan a las miles de personas que, concentradas en Torre del Mar, huían hacia Almería tras la ocupación de Málaga por los sublevados en la conocida como La Desbandá, que movilizó a unas 150.000 personas. Su gesto de "valor" le costó la vida después, cuando las tropas fascistas tomaron la localidad, pero a cambio había salvado a una cantidad "ingente" de vidas de otros.

Hurtado, que cita estimaciones que hablan de que esas noches podrían esconderse allí entre 30.000 y 40.000 personas, lo reivindica como "héroe". "Nosotros decimos héroe a una persona que a lo mejor salva dos vidas. Imagínate la cantidad de gente que pudo salvar Anselmo Antonio Vilar García apagando las luces", comenta. No es el único convencido de rescatar del olvido a un hombre que, "a punto de jubilarse", y tras haber sobrevivido a experiencias como la guerra del Rif evitó "que mucha gente muriera antes de tiempo".

Son cómplices en la misión de reivindicar su "heroica" figura el grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Vélez-Málaga y sus homólogos del Concello de Lugo, de donde era Anselmo originario. En Galicia, el grupo municipal Alternativa Cidadá de Esquerdas-Esquerda Unida, cuyo portavoz es Carlos Portomeñe, presentó una proposición en el pleno de Lugo para reconocer a este funcionario con una calle en el municipio y la celebración de actos para divulgar su figura. Logró que fuese aprobada por unanimidad, aunque fuentes de la formación indican que "el gobierno del PSOE aún no ejecutó los acuerdos".

En Vélez-Málaga también esperan. En este caso los promotores de la iniciativa, que busca "reconocer y poner en valor la importancia histórica y los valores humanos" del farero gallego, son Alicia María Pérez y Miguel Ángel Sánchez Díaz, portavoz de IU en la ciudad. Este explicó cuando presentaron la propuesta que su pretensión es rendirle un "merecido homenaje" a un farero "que tuvo el arrojo de apagar el antiguo faro" (construido en 1930) para "dar luz y protección a la población civil que se refugiaba a los pies del propio faro, huyendo hacia Almería de la barbarie que ya azotaba toda la provincia de Málaga". "Gracias a este gesto de valor", explicó, la franja de litoral a la que la señal lumínica daba cobertura (12 millas) quedaría a oscuras y "a salvo de los bombardeos que asediaron y diezmaron a la población indefensa que huía despavorida". Se evitó una "masacre", dice.

La propuesta la presentaron hace cinco meses en el pleno de la corporación, pero está pendiente de debate en la Mesa de la Memoria, que aún no se ha convocado. En ella sugieren que se le nombre Hijo Adoptivo de la ciudad por "su valentía y excepcional conducta en beneficio de la humanidad"; que se solicite a la Junta de Andalucía inscribir el antiguo faro en el inventario de Lugares de Memoria Democrática de la comunidad y que la plaza de la torre lleve su nombre. Aclara Sánchez que no están "obcecados" por una figura concreta, pero sí en que su gesto de "suprema humanidad" sea "reconocido dignamente" y su nombre "ocupe el lugar que merece en los anales de la historia", que "su ejemplo no se borre".

El "apagón humanitario" de dos noches, "las suficientes para que la gente pudiera escapar", comenta Hurtado, le costó la vida al farero gallego, cuya historia, como afirma la exposición de motivos que adjuntó IU para reivindicar su hazaña, rescatada por Hurtado, "continúa aún siendo poco conocida, "apagada" como el faro que está situado y encerrado hoy entre varios edificios de la Avenida Toré Toré y que estaba registrado con el número 386 del Libro de Faros en el año 1930".