Agentes de la Guardia Civil detuvieron a un hombre como presunto autor del asesinato del vecino fisterrán Antonio Insua Canosa, que apareció muerto en su casa hace cuatros años y medio. Los hechos ocurrieron en febrero de 2007. La víctima tenía varias heridas de cuchillo, que en un principio se interpretaron como una autolesión, aunque desde el primer momento, asegura la Guardia Civil, se entendió que el caso "dejaba unos cuantos cabos sueltos".

Según explica el Instituto Armado en una nota de prensa, las dudas y algunos detalles que "no cuadraban" empujaron al juzgado y a los agentes a continuar investigando el caso. La Guardia Civil argumenta que "la personalidad de la víctima y sus antecedentes" inclinaron su investigación inicial hacia "vericuetos que no eran los correctos". Tras la muerte, la familia pidió públicamente que se investigara el caso como un asesinato u homicidio y no como un suicidio.

El Instituto Armado informa de que desde enero de este año las pesquisas ya se centraron en la "hipótesis homicida" y desde el propio juzgado se "encomendó el esclarecimiento de los hechos".

Como consecuencia, los agentes procedieron a la detención, hace tres días de G.M.T., vecino de la zona. En el momento en el que ocurrieron los hechos, afirma la nota de prensa, "era joven consumidor de cocaína y cliente habitual del fallecido".

El detenido fue puesto a disposición judicial ayer por la mañana y está imputado por los delitos de robo y homicidio, ya que, según fuentes de la Guardia Civil, el acusado podría haber sustraído 150 euros a la víctima el día de su fallecimiento.

Mucho movimiento

Varios vecinos de la zona aseguraron, tras la muerte, que solía haber mucho movimiento en la casa de la víctima. Asimismo, algunos residentes en el municipio recordaron que la noche del suceso la víctima fue vista en un bar de la zona y, paralelamente, dos hombres preguntaron por él en la localidad de Cristo.

El hermano de la víctima, Cándido Insua, solicitó que se intensificara la investigación para conocer los hechos que ocurrieron en realidad, al creer que no había sido un suicidio.