El personal es insuficiente, carece de la formación necesaria y se le sobrecarga con labores que no le corresponden, denuncia el Concello de Culleredo sobre la gestión del centro de día de O Burgo basándose en críticas de los usuarios. El Consorcio Galego de Servizos Galegos de Igualdade e Benestar reclama al Gobierno local que no cree alarma social por las quejas recogidas en una sola carta anónima cuyo contenido, además, desmiente. Para ello, el organismo autonómico ha elaborado un informe de 16 páginas en el que asegura que lo único que hizo mal la adjudicataria del servicio es la selección inicial de personal, ya que estos trabajadores no se adaptaron.

La primera teniente de alcalde y responsable municipal de Servicios Sociales, Raquel Jabares, denuncia que los usuarios de este servicio han comunicado al Concello "presuntas irregularidades de carácter muy grave" en su funcionamiento, por lo que exige "explicaciones urgentes" al consorcio.

Las mayores quejas se centran en la dotación de personal del centro. Explica que los técnicos especializados en gerontología resultan insuficientes para proporcionar una atención adecuada a los mayores. Relata que, "por defecto", no se cubren las vacaciones de estos empleados y que, además, no existe servicio de fisioterapia desde el mes de mayo. Esto "impide que los cuidados ofrecidos sean los previstos", reprueba Jabares.

El Ejecutivo local critica que, desde la apertura del centro, se ha destituido ya a trece trabajadores cualificados que se han sustituido por personal con contrato en formación. "No obstante, la empresa encargada de la gestión del centro nunca realizó cursos de formación a los empleados y empleadas", censura la edil de Servicios Sociales.

Los mayores que utilizan el centro también han detectado carencias en el equipamiento y el servicio de limpieza. Cuentan que no existe material para realizar estas labores ni para las de mantenimiento. "Esto provoca que sean los empleados los que se encarguen de la limpieza", describe Jabares, y argumenta que esto implica que le resten tiempo a las tareas que realmente les corresponden.

Desde el consorcio explican que recibieron el 8 de noviembre la carta sin firmar de la que se desprenden todas las quejas difundidas ahora por el Concello. Aseveran que, en los dos días siguientes, solicitaron toda la documentación pertinente a la concesionaria del servicio y enviaron a dos técnicos de la Consellería de Benestar a comprobar, en especial, la política de contratación. Los datos requeridos a la empresa llegaron el 16 de noviembre y el informe del consorcio sobre las denuncias de este anónimo se presentó dos días después. El consorcio avanza que los técnicos comprobaron que no se renovó a varios trabajadores pero sostiene que lo único que eso demuestra es una mala gestión en la selección inicial del personal y asegura que todo está dentro de los parámetros normales.