Quince años de afiliación al PSOE no han sido suficientes para atestiguar la fidelidad de Emilio Martínez a sus siglas. El que fue secretario de Cooperación del PSOE cambrés ha presentado su dimisión después de que la Ejecutiva local le expedientase el pasado julio por una falta tipificada como "muy grave" y que podría acarrearle la expulsión. Concretamente, por acudir a mítines del Partido Galeguista (PG), candidatura en la que concurría su mujer, la exsocialista Carmen Tato, y conducir el vehículo familiar, con propaganda del PG, en sus desplazamientos por el municipio

Conciliar la vida familiar y la política le ha pasado factura. La Ejecutiva del PSOE entiende que con su proceder, Martínez ha sobrepasado sus obligaciones conyugales y "ha menoscabado la imagen pública" de la formación al "colaborar activamente" en la campaña de su rival en las urnas.

El expedientado, por el contrario, no oculta sus sospechas de que la apertura de este expediente disciplinario responde más a una "revancha" del candidato y secretario general de la agrupación, Augusto Rey, por la actitud de su esposa, que abandonó el PSOE después de escenificar en varias ocasiones su desacuerdo con su designación. Al igual que hizo el propio Martínez, que más discreto, también se opuso en la asamblea a su nombramiento.

Esta llamada al orden de la formación le duele tanto por el fondo como por las formas. Lamenta que no se le convocase a la sesión en la que se aprobó incoarle un expediente, lo que, advierte, no solo le provoca una situación de indefensión sino que podría derivar en la nulidad de lo acordado.

Su asistencia a los mítines de PG, dice, no fue más que eso, asistencia. "A no ser que se considere participación, mirar y escuchar a los que hablan", sostiene en sus alegaciones al expediente. No fue el único, añade. "El señor Lamas, que formaba parte de la candidatura del PSOE también ha asistido a mitines de PG", recalca.

Tampoco le vale el otro "hecho probado" al que apela la Ejecutiva socialista. El de conducir una furgoneta con propaganda y megafonía de campaña. Responde a eso que el vehículo, familiar, lo utilizó, "simple y llanamente", para su labor de conductor. Niega que llevase megafonía y asegura que solo lo condujo en dos ocasiones para llevar a su esposa. El secretario general rehusó ayer hacer declaraciones. "Son temas internos", argumenta. En eso coincide con el expedientado, atrapado entre dos alianzas que parecen incompatibles.