Sin finalizar todavía la construcción del puerto exterior, la actividad en punta Langosteira ha comenzado y, con ella, las quejas. El almacenamiento de, hasta el momento, más de cinco mil toneladas de clínker ha suscitado las primeras críticas. El BNG de Arteixo presentará hoy un escrito en la Autoridad Portuaria para conocer las medidas de seguridad y medioambientales que se han tomado para efectuar estos trabajos a raíz de que vecinos de O Rañal, Sabón y Rañobre les trasladasen su preocupación por esta actividad.

La portavoz nacionalista, Silvia Seixas, explica que residentes en estos núcleos próximos al muelle advirtieron "un fuerte olor" en la zona a raíz de que se iniciasen estos trabajos, a finales del pasado mes de agosto, y le trasladaron su temor a que, en caso de precipitaciones, los graneles sólidos alcancen el agua a través de escorrentías.

El Puerto asegura que este tipo de granel sólido "no huele" y considera "improbable" que restos de clínker puedan alcanzar el agua del mar debido a que las 35.000 toneladas previstas se almacenan en una explanada debidamente habilitada para mercancías. "No se encuentra en primera línea de muelle", precisa, al tiempo que afirma, en relación a las preguntas del BNG, que se han tomado las medidas de seguridad y medio ambiente "habituales en los puertos".

La Autoridad Portuaria prevé que en torno al próximo día 27 un buque mercante traslade a Surámerica las 35.000 toneladas de graneles sólidos que está previsto que se depositen a lo largo de las próximas semanas en el muelle de punta Langosteira.

Los nacionalistas lamentan que el Gobierno local rehusase responder, en el último pleno, a sus preguntas en relación a estos trabajos en el puerto exterior. Durante esta sesión, celebrada el pasado jueves, las trabajadoras del servicio de ayuda a domicilio protestaron por un nuevo retraso en los pagos por parte de la empresa concesionaria. A pesar de que el Concello asegura que efectuó el pago a la empresa, Galicia Saudade (Xentes), un día después, la plantilla aseguraba ayer que aún no habían cobrado. A modo de protesta, iniciaron un reparto de octavillas y preparan más movilizaciones. Tanto las empleadas como Seixas arremeten contra el Concello por permitir esta situación y no rescatar, como reclaman desde hace meses, el servicio.