Las familias del municipio de Zas críticas con las formas de impartir la catequesis en la parroquia por considerarla "extremista" no están dispuestas a dar su brazo a torcer y se niegan a llevar a sus hijos a las clases de las monjas de la Fraternidad Reparadora, con el consentimiento del párroco, Severo Lobato. Los padres continuarán hoy con su catecismo paralelo que imparten en un local del Concello, aún conscientes de que no les va a servir de nada para celebrar la Primera Comunión o la Confirmación, tal como le advirtieron fuentes del Arzobispado.

Las familias lamentan que a pesar de sus quejas y de los mensajes lanzados desde el Arzobispado nadie se haya puesto en contacto con ellas para hablar de este asunto y tratar de llegar a algún acuerdo. También insisten en pedir explicaciones para que les digan claramente si sus hijos están fuera de la Iglesia, tal como están difundiendo algunos párrocos. Un portavoz del Arzobispado reconocía hace unos días a este diario la situación tan desagradable que se ha creado y confía en que pronto haya un entendimiento entre ambas partes apelando al diálogo.

Los progenitores defienden que no pueden confiar sus hijos a las religiosas que se encargan de la catequesis por discrepar de las prácticas y de los métodos que utilizan, algunos en forma de juegos que consideran muy peligrosos. Uno de los juegos muy cuestionados por los padres es el de mandar a los niños cruzar la carretera con los ojos vendados, con el consiguiente riesgo que implica para pequeños y mayores. Según su versión, tratan de amedrentar a los niños de que "si no acuden a las reuniones el demonio va a entrar en su cuerpo y en su casa".

También alertan de otra práctica sobre la creación del Movimiento del Ejército de Jesús, que consiste en "hacer de los niños soldados de Jesús", por lo que tenían que firmar un consentimiento sin el conocimiento de los padres en el que se comprometían a acudir "siempre a las llamadas de las hermanas para orar y reunirse", según la versión de los progenitores. "No queremos que nuestros hijos sean adoctrinados en la tristeza, el sufrimiento, la valoración del dolor, el sacrificio y la enfermedad como castigo de Jesús por nuestros pecados", sostienen los padres, que también cuestionan el libro de preparación de la Comunión, Ven y Sígueme, con claras referencias al Opus Dei y con textos poco adaptados a la corta edad de los niños, según su opinión.

Entre los textos cuestionados por los padres destaca uno basado en la vida del mártir José Luis Sánchez del Río, que nació en México en 1913 y con solo 13 años se apunta al ejército de los llamados Cristeros, en defensa de la Iglesia. En el combate fue hecho prisionero y fue torturado hasta que lo matan de un tiro en la cabeza.

Los padres también censuran que para la catequesis se separe a los niños de las niñas en la Iglesia y que las religiosas saquen a las niñas del templo de forma individual para hablar con ellas a solas, lo que ya ha provocado algún conflicto familiar. "Las incitan al ayuno, a sentirse afortunadas por estar enfermas y a ofrecer su dolor a Jesús", matizan los padres.

Los progenitores califican de "macabro" algunas imágenes difundidas por las religiosas en las que muestran el vídeo sobre la realización de un aborto, al considerarlo inapropiado para los más pequeños. Los niños se inician en las clases de preparación a la Primera Comunión con seis años y después de los nueve continúan con las de Confirmación.

Las cuarenta familias críticas con la catequesis niegan que estén manipuladas por ningún partido político, tal como denunció el coordinador de pastoral de la zona y párroco en Vimianzo, Daniel Turnes, que atribuyó los hechos a una "vendetta política" dirigida por el Partido Popular, lo que le valió una denuncia por injurias por parte del portavoz de la agrupación local, Pedro Osende.