El centro comarcal Bergantiños ubicado en Buño, en el municipio de Malpica, cumple un año y medio cerrado desde que la Xunta anunció la disolución de las fundaciones comarcales en toda Galicia para reducir costes. El edificio cerraba sus puertas a principios del pasado año, después de albergar la sede de la fundación durante dieciocho años, aunque hasta el mes de octubre permaneció en las instalaciones la persona que trabajaba para la Agencia de Desarrollo Rural (Agader) de la Xunta para tramitar los últimos proyectos.

Desde entonces el Concello espera la cesión de las instalaciones para realizar allí diferentes actividades, puesto que se mostró dispuesto a asumir el mantenimiento del centro cuando la Xunta anunció su cierre. El alcalde, Eduardo Parga, reconoció ayer que se está tramitando esta petición, pero todavía desconoce cuándo puede hacerse efectiva. Según su versión, ahora el centro comarcal ya está totalmente liquidado, por lo que la cesión no debería de demorarse demasiado tiempo y confía en que así sea.

El regidor también mostró su preocupación por el deterioro de las instalaciones si permanecen mucho tiempo cerradas, ya que en ese caso tendrían que hacer frente a las reparaciones antes de su reapertura, lo que supondría un nuevo gasto para las arcas municipales. Según los estudios realizados por los técnicos municipales, el mantenimiento de las instalaciones rondará los 34.000 euros anuales. Hasta que la Xunta cerró sus puertas el gasto ascendía a los 62.000 euros, una cifra muy elevada que las arcas municipales no podían asumir, según reconoció el mandatario en su día.

El Ayuntamiento también pretende recuperar la colección de olería que había en el edificio comarcal propiedad del etnógrafo Luciano García Alén. Allí se guardaban cerca de 300 piezas únicas recogidas por el estudioso por toda Galicia durante los últimos años, que constituían el principal atractivo y la referencia del centro, ubicado en esta pequeña localidad oleira. La familia de García Alén retiró la colección del edificio comarcal a finales del 2011 cuando la Xunta anunció el cierre.

El Ayuntamiento pretende dotar de contenido el inmueble tan pronto como pueda volver a abrirlo para que el centro comarcal continúe siendo un referente en la zona, como ocurría hasta el momento del cierre. Las instalaciones también albergaban una oficina de turismo que será recuperada.