A esto de la fusión le pasa un poco como a la cabeza del célebre humorista Roberto Vilar: "¡Non para!". Un día tras otro desfilan los medios por la sede del viejo Ayuntamiento de Oza dos Ríos tratando de saberlo todo y descubrir que el patito feo era un cisne.

Una periodista entra en el despacho y me espeta sin más preámbulos: "¿Y ahora qué?". "Buena pregunta, ese es el titular", le respondo. Ahora, a constituir la comisión gestora. Precisamente ayer por la mañana estuve reunido con mi homólogo de Cesuras. -¿Has visto el DOG? Los concejales designados para formar parte de la Gestora no están adscritos a partidos políticos

-Bueno, eso significa que cualquiera de ellos puede postularse como candidato para la elección de presidente; in dubio, pro democratia. En efecto, esta es la primera fusión de municipios de la democracia y también la primera vez desde que se instauró en que funcionará de algún modo el sistema de listas abiertas.

"¿Y después, qué?". Después prepararemos la sesión organizativa, por primera vez sin grupos políticos, se determinará la composición de la Junta de Gobierno Local, que consta en las estipulaciones jurídicas, el nombramiento de los vicepresidentes, las delegaciones orgánicas, el régimen de sesiones? en fin, lo de costumbre. Luego, unificar registros, refundir cuentas y patrimonio, consolidar presupuestos, integrar ordenanzas, conciliar el planeamiento y supongo que elaborar algún reglamento de normas transitorias que se haga público, en aras de la más estricta seguridad jurídica. Todo un reto, pero al fin y al cabo, una tarea ilusionante para unos profesionales que siguen con el mismo entusiasmo que cuando empezaron, hace más de 28 años. Cuando escribo estas líneas, una voz femenina me pregunta más allá del umbral: "¿Cuánto apio pongo en esa sopa tan rara?". Es el eco de una realidad cotidiana que sigue su curso paralelamente al de los grandes acontecimientos de mi vida profesional.