El embrollo laboral del Concello de Betanzos es de órdago. A las reiteradas denuncias, recursos e impugnaciones de los sindicatos mayoritarios -CSIF por funcionarios; CIG por laborales- se suma ahora un informe del secretario municipal que revela el descontrol en la cobertura de plazas y en la atribución de funciones a los empleados públicos.

El habilitado nacional encargado de velar por la legalidad en la gestión municipal alerta de que la "situación de la plantilla dista mucho de reflejar la situación del personal del Ayuntamiento", entre otros motivos, por la falta de correlación con la última RPT aprobada, que data de 2008. Desde ese año se han producido 21 bajas, en su mayor parte por jubilación, de las que han sido cubiertas tres y deben darse de alta otras siete en cumplimiento de sentencias judiciales.

El funcionario emite un informe sobre la posibilidad de cubrir las vacantes de policía y empleados de limpieza en el que advierte que las modificaciones efectuadas en la Relación de Puestos de Trabajo por los distintos gobiernos con el "mantenimiento virtual de servicios o actividades que no se prestan" ha provocado que existan "numerosos puestos de trabajo totalmente desubicados" o "cumpliendo funciones distintas de las atribuidas inicialmente". El hecho de que Betanzos haya aprobado solo dos presupuestos desde 2008 y que arrastre la RPT de ese año pese a aprobar un nuevo documento contable en 2012 ha contribuido a agravar la situación. "Se hace más que necesario la regularización de esta situación", advierte el funcionario, que considera que la situación actual "cuanto menos plantea dudas más que razonables" de que se cumplan "los requisitos que la legislación y la jurisprudencia establecen". Con esta situación, el secretario recomienda que no efectúe una Oferta de Empleo Público "dada la posibilidad de que pueda ser anulada ante cualquier reclamación".

En contra de lo mantenido anteriormente, el funcionario sí que abre ahora la puerta a que se cubran las vacantes de la Policía Local como ha exigido reiteradamente el CSIF. Este sector es el único que se salva de las restricciones del Estado.