Los betanceiros pueden estar tranquilos, les quedan cacahuetes para rato. La tradicional fábrica de manises de Mondoi ha conseguido relevo. Se llama Víctor y a partir de ahora será el encargado de guardar el secreto del tostado de los mejores cacahuetes artesanos de la comarca, esos que, presumen los brigantinos, se venden en el supermercado Bonome, y que constituyen un ingrediente fundamental de la Pascua en la Ciudad de los Caballeros.

José Antonio Vázquez Bonome ha conseguido que una mano joven prolongue la vida de oficio antiguo y casi extinto. Y que en Betanzos causa furor. Durante todos estos años, desde su pequeño alpendre de Mondoi, este artesano y el anterior tostador, que acaba de retirarse, consiguieron sacarle todo el provecho a la legumbre "como se hizo toda la vida". Una antigua lata de pimentón da la medida justa, pero la clave está en no perder de vista el fuego. "Hay que estar ojo avizor siempre y cerrar la llave a tiempo para que no se quemen", explica Bonome, que sigue fiel al oficio al que ha dedicado toda su vida. "Me ha dado muchísimo", asegura. Y celebra que savia nueva se implique. "He encontrado a un chico estupendo y ha cogido el relevo con ganas", presume. Sin perder un ápice del aroma y los modos artesanales, han trasladado esta pequeña fábrica a Tiobre. Pequeños cambios para insuflar vida a un oficio que no quema si se aplica la llama justa.