Su familia era la propietaria de los terrenos sobre los que se asentó la emblemática factoría Cerámicas do Castro. Su habilidad para las artes pictóricas le llevaron a coordinar la decoración de la mítica fábrica y a desarrollar un intenso trabajo como maestra de las decoradoras. De sus manos salieron gran parte de los diseños de joyas en porcelana. Su nombre completo era Carmen Arias de Castro Montero. Todos en Sada la conocían como Mimina. Su discreción la llevó a permanecer siempre en un segundo plano, a la sombra de su marido, Isaac Díaz Pardo.

Un mes después de su fallecimiento, el BNG elevará una moción a pleno para que se reconozca a Mimina con el título de Hija Adoptiva de Sada. Será la primera mujer del municipio en recibir este reconocimiento. Y sobran los motivos. Los nacionalistas apelan a su papel en la creación de la emblemática factoría de cerámica, su labor de mecenazgo y al rol que jugó para estrechar lazos de Galicia con su exilio, con su intensa relación con Luis Seoane, Rafael Dieste o Lorenzo Varela. "Fue siempre una mujer tremendamente generosa y afable. Como muchas mujeres de la época, estuvo siempre en un segundo plano, pero su trabajo y su aportación fue fundamental para convertir la factoría de Castro en una marca de prestigio", argumenta el BNG.

Es más que probable que la propuesta obtenga el sí unánime de toda la Corporación sadense. Y no será el primer reconocimiento que la villa haga a Mimina. La asociación Irmáns Suárez Picallo la designó en 2011 socia de honor en reconocimiento a "su vida ejemplar de dedicación a Galicia y su contribución al progreso material y cultural de Sada".