El PSOE y el BNG gobernarán la Diputación con el objetivo de reducir sus competencias y sus gastos. Así lo explicaron ayer en el acto para firmar el acuerdo con el que pretenden "superar el modelo actual" que "no se corresponde con la realidad del país", según aseguró la que será la vicepresidenta, la edil nacionalista en Santiago Goretti Sanmartín. El presidente será el socialista Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes, pese a los intentos del BNG de aliarse con Marea Atlántica, Compostela Aberta y Alternativa dos Veciños para hacerse con la Presidencia.

La nueva Corporación provincial, con 31 diputados, se constituirá este mediodía con tres nuevos grupos, además de PP, PSOE y BNG: Marea Atlántica, con tres diputados, Compostela Aberta (1) y Alternativa dos Veciños (1). Marea Atlántica, necesaria para que el pacto de PSOE y BNG alcance la mayoría absoluta, acordó el sábado en asamblea apoyar el cambio en la Diputación, sin entrar en su gobierno.

Uno de los principales puntos del acuerdo, según explicó la nacionalista, es el "adelgazamiento" de la institución y lograr que la Diputación empiece a funcionar como un organismo del siglo XXI y deje de ser uno del XIX. También señaló que las dos formaciones políticas se dan tres meses para empezar las negociaciones dirigidas a transferir competencias a la Xunta y a los ayuntamientos. El programa recoge que el Gobierno provincial realizará en los primeros 90 días un estudio de los equipamientos y servicios para iniciar las negociaciones para transferir funciones. La representante del BNG indicó sobre el proceso para reducir las funciones de la Diputación que "cada área tiene su tiempo". "Hay que mirarla una por una y conseguir que estos espacios acaben articulados a nivel gallego", argumentó Sanmartín.

El pacto obliga a ambas fuerzas a delimitar las funciones de la Diputación para ajustarlas a la cooperación jurídica y técnica con los concellos coruñeses. "El hecho de asumir competencias impropias, sin un plan estratégico de prioridades, ha provocado una ineficiencia en la gestión de los recursos y en la descoordinación en las políticas", recalca el acuerdo de socialistas y nacionalistas.

El PSOE y el BNG se comprometen a combatir la pérdida de población en la provincia y a "corregir los desequilibrios territoriales". También proponen mejorar los recursos existentes para desarrollar "una verdadera política" de normalización lingüística del gallego y a estudiar el impacto de género en todas las acciones que se realicen en la Diputación.

"Queremos que la percepción de la gente cambie, que vean que las diputaciones son útiles", aseguró Valentín González, que pretende que los concellos se sientan partícipes y que la Diputación no decida por ellos. "Hay que buscar fórmulas", aseguró.