El Concello da Laracha ha concluido el expediente de revisión de oficio de la obra de electrificación de la rectoral de Golmar que econtrató en 2010. El Ejecutivo local admite ahora que, al menos parte de estos trabajos valorados en 48.000 euros no llegaron a ejecutarse.

El alcalde, José Manuel López Varela (PP) responsabiliza en exclusiva a la empresa adjudicataria y avanzó ayer en el pleno que ya ha iniciado los trámites para exigir a la compañía que reintegre los fondos abonados o que ejecute los trabajos.

A consulta del BNG en el pleno, el regidor sostuvo que él se limitó a consultar a la empresa si era preciso incrementar el suministro eléctrico para instalar un ascensor y realizar una serie de mejoras en la iluminación de la rectoral y la compañía le dijo que resultaba necesario instalar un transformador y otros equipos que, según ha comprobado ahora, nunca llegaron a instalarse. "Cuando finalizaron los trabajos, el Gobierno local comprobó que las instalaciones funcionaban y que la potencia eléctrica era suficiente", incidió ayer un responsable del Gobierno municipal.

El Ejecutivo local inició la investigación a raíz de un escrito que el BNG presentó ante Fiscalía y que dio pie a una investigación judicial. El regidor aseguró ayer al pleno que el juzgado ha archivado la causa y sostuvo que él nunca fue denunciado por Fiscalía, a pesar que en las diligencias previas que el Ministerio Público envió al juzgado para que investigase un posible delito de apropiación indebida figuraba como denunciado, como subrayó el BNG.

Este insólito episodio dio pie ayer a un nuevo enfrentamiento entre PP y BNG. El portavoz nacionalista, Xoán Sande, tomó la palabra en la sesión para exigir al alcalde que explicase por qué había decidido iniciar ahora la revisión de oficio de la obra "cuando siempre defendió que estaba completamente ejecutada". El edil del Bloque cuestionó las explicaciones del Gobierno local y le recriminó que hubiesen pagado una obra sin comprobar que había ejecutada.

El regidor defendió que los trabajos habían sido certificados tras comprobar que el ascensor y el nuevo alumbrado disponían de suministro eléctrico y responsabilizó en exclusiva a la empresa suministradora de un posible engaño a la hora presupuestar las obras necesarias para dotar al centro de la energía necesaria.

El alcalde acusó al portavoz nacionalista, Xoán Sande, de pretender deteriorar su imagen con calumnias y con denuncias que, en su opinión, trascienden el debate político. El BNG lamentó el tono y las formas empleadas por el regidor. "Se puso como un energúmeno", criticó Sande, que cuestionó los argumentos del PP e insistió en que con su explicación, el Gobierno local reconoce las anomalías que fueron denunciadas por su grupo.