Betanzos ha batido su propio récord. El Concello de los plenos maratonianos prolongó la última sesión hasta casi las dos de la madrugada. El debate finalizó alrededor de las 1.40 horas a pesar de que el orden del día solo incluía una propuesta del Gobierno local. El resto eran mociones de los grupos de la oposición.

Las sesiones after hour de Betanzos se han convertido en costumbre para una Corporación que da luz verde habitualmente a acuerdos que, de impugnarse, podrían ser declarados nulos de pleno derecho por aprobarse a destiempo.

La normativa establece que un pleno no puede alargarse más allá del día de la convocatoria, pero la medianoche parece coger siempre a los ediles por sorpresa. En esta última sesión, cuando el reloj marcó las 00.00 horas todavía quedaban por debatir seis mociones y los ruegos y preguntas.

Entre otros asuntos, la Corporación debatió la Conta Xeral de 2014, mociones sobre la promoción de la leche gallega, la igualdad, la iniciativa legislativa popular de medidas para garantizar la energía como bien pública, la remunicipalización del servicio de agua y la necesidad de ejecutar arreglos en el Calexón dos Xudeos y las fuentes y lavaderos públicos.

Betanzos, al igual que otros ayuntamientos de su entorno, optó por fijar los plenos a las 20.30 horas para promover la conciliación de la vida laboral y política de los ediles y para facilitar la asistencia de los vecinos. Paradójicamente, solo los ciudadanos más trasnochadores presencian hasta el final unas sesiones en que los políticos, enfrascados en el debate, olvidan mirar el reloj.