La Guardia Civil de Oleiros vivió ayer un inusual incidente. Un hombre se personó en el cuartel, aparcó su vehículo de alta gama en la zona de seguridad del recinto y comunicó a los agentes de tráfico del turno de mañana que quería informar de un incidente en carretera provocado por otro conductor.

Los efectivos trataron de tomar declaración al hombre, que no logró hacer un relato coherente de lo sucedido. El discurso inconexo del denunciante y el fuerte olor a alcohol que desprendía llevaron a la guardia civil a someterle a un test de alcoholemia.

La prueba no solo dio positiva, sino que arrojó una tasa de 0,92 miligramos de alcohol por litro de aire expirado, casi cuatro veces más de la permitida (0,25). El resultado del test hizo que este conductor dejase de ser tratado como un denunciante y pasase a ser objeto de una investigación que culminó con su coche inmovilizado en el cuartel y la apertura de unas diligencias por un posible delito contra la seguridad vial.

Según ha podido saber este diario, el hombre ya ha sido citado para un juicio rápido que acogerá el Juzgado de Instrucción número 2.

Casos similares

No es la primera vez que las dependencias de tráfico de la Guardia Civil de Oleiros viven un episodio de este estilo y dejan al supuesto denunciante en una situación más que comprometida por acudir a denunciar una incidencia en condiciones poco idóneas.

Hace algunos años un taxista se personó ebrio en las oficinas para quejarse de que le hubiesen retirado el permiso de circulación por una infracción anterior por superar la tasa permitida de alcohol. El hecho de que se presentase en las oficinas conduciendo su vehículo y con una tasa nuevamente superior a la permitida culminó con la apertura de nuevas diligencias.

Según ha podido saber este diario, otro hombre con el permiso de conducir retirado se personó también hace algún tiempo en el cuartel conduciendo su vehículo, por lo que acabó en las dependencias judiciales.